Cuando desde el Levante se asegura que para fichar en enero es necesario que algún jugador abandone la plantilla no se está pensando tanto en que venga alguien y afloje un pastón por Campaña, Bardhi o Roger, por citar a tres de los buques insignia, como en que alguno de los menos habituales dé el paso de solicitar su salida. Y ahí, aunque nadie cite en público su nombre, entre los más firmes candidatos a hacerlo figura el nombre de Sergio León, relegado al ostracismo en los últimos meses. El delantero cordobés, fichado del Betis por 3,8 millones, es uno de los futbolistas con menos minutos en lo que va de temporada y su salida podría abrir la puerta a alguna incorporación en su lugar.

Aunque oficialmente en Orriols mantienen que nadie ha dado aún el paso en firme de pedir un cambio de aires, lo cierto es que con Sergio están con la mosca detrás de la oreja. No en vano, en las últimas semanas se han producido conversaciones informales con él y su agente valorando su situación actual. Pese a que a diferencia de principios de temporada Paco López está apostando por dos delanteros arriba en lugar de solo uno, es precisamente ahora cuando se ha visto totalmente relegado. Tras haber ido de más a menos, no hay duda de que está pasando muy desapercibido.

Aunque para el entrenador no es una urgencia reforzarse este invierno, ni siquiera con un extremo, aun así en el área deportiva siguen atentos ante la posibilidad de hacer hueco salarial, ya que los granotas se fueron al límite de 54,6 kilos el pasado verano y apenas disponen en este momento de 170.000 de margen. Para poder fichar, Sergio tendría que marcharse bien traspasado o cedido haciéndose cargo su nuevo equipo de la parte proporcional de su ficha, una de las más altas de la plantilla, alrededor de los 2 millones por cada una de las tres temporadas que tiene firmadas. Como ya pasó con las salidas del último mercado, el caché de Sergio es un handicap a la hora de moverse en el mercado. En LaLiga es muy complicado que algún club asuma su sueldo, mientras que en principio para el futbolista a día de hoy el extranjero no es una alternativa que le seduzca demasiado.

A sus 30 años, el delantero de Palma del Río se comprometió con el Levante a mitad de la pasada temporada después de varios veranos en los que el club granota, que ya lo intentó cuando salió de Osasuna, estuvo tras sus pasos. Con Quique Setién apenas tuvo minutos en el Betis, pero con Paco López su situación no ha mejorado y con el paso de las jornadas se ha ido diuyendo. Preseleccionado por España en la época de Lopetegui, su ilusión era apurar sus opciones incluso de estar en la próxima Eurocopa. Sin embargo, sus números hablan por sí solos. Apenas ha sido titular en cuatro partidos, sólo ha marcado un gol, al Valladolid en la tercera jornada, y desde su último partido en el once inicial, contra el Leganés el 5 de octubre, sólo ha jugado 51 minutos: 27 contra el Espanyol, 22 contra el Getafe y 2 en Granada. Es, con diferencia, el último delantero en la rotación, donde le ganan por mucho Roger, Mayoral y Morales.

Sin contar al lesionado Iván López, solamente cuatro jugadores de la primera plantilla acumulan menos minutos que el cordobés: Oier, Duarte, Hernani y Coke. El portero, a la sombra de Aitor y tras superar una lesión, ya estuvo en la rampa de salida. Duarte, por su parte, se lesionó en su mejor momento, mientras que Hernani no ha acabado de cuajar y Coke, solución de urgencia en el Derbi como central, se ha visto relegado por Miramón en el lateral.