«¿A quién se le ocurre casarse dos días antes de volver al trabajo?», le bromeaban a Morales en el primer día del proyecto 2015/16. No paró de recibir felicitaciones antes de sudar en las pruebas de esfuerzo. Sin duda que es todo felicidad. El sábado contrajo matrimonio con su pareja Elena Plaza, la hija del que fuera jefe de los servicios médicos del Levante antes de la segunda etapa de Ximo Mas. Una ceremonia íntima, con los suyos, con su gente. Lo del viaje de novios quedará para otro momento. El fútbol manda y esta temporada con más motivos, ya que el ‘Moro’ arranca con todo merecimiento como uno de los pilares después de su blindaje hasta 2019 a finales del pasado mes de mayo. «No se puede pedir más», afirmaba en su día. Esta misma frase la sigue repitiendo una y otra vez.

El Levante ha unido a Morales y Elena. Se conocieron en la cena de Navidad del club en 2012. Él marcaba la diferencia en el filial de Segunda B, aquella generación de los Iván López, Roger, Andy, Provencio o Mossa que disputó la promoción de ascenso a la Liga Adelante —cayendo en la primera eliminatoria ante el Athletic B—, con Rubén García en sus filas, pero que ya comenzaba a aparecer en la primera plantilla, y Jason o Camarasa intentando hacerse un hueco desde el histórico Juvenil A de las semifinales de Copa del Rey ante el Real Madrid. Ella hacía las prácticas de periodismo en el departamento de comunicación de Orriols. Desde aquel día se convirtió en la fan número uno de un futbolista que luchaba por hacer realidad su sueño de debutar en la máxima categoría. Cada gol iba dedicado a su niña. De los primeros, uno al filial del Valencia en Paterna, la antesala al obús a los ‘mayores’ del pasado curso.

«Mi casa está donde estés tú» es la frase que aparece en el estado de WhatsApp de Elena. Un reflejo de la unión entre ambos. Ella no lo dudó ni un segundo cuando su chico tuvo que seguir con su formación en el Eibar. Iba a ser el paso previo a su explosión en la Liga BBVA hasta convertirse en el jugador relevación y no solamente para Alcaraz. «Si llevara tatuajes y estuviera ‘pelo’, todo el mundo lo querría», afirmó el granadino tras el partido ante el Atlético de Madrid.

En Ipurua fueron recibidos con los brazos abiertos. La respuesta fue inmejorable: lo jugó prácticamente todo y lideró un ascenso histórico. Elena Plaza también siguió con su progresión periodística. Ambos dejaron huella e hicieron muchos amigos que no quisieron faltar a su enlace de Primera División. Precisamente en su regreso a Eibar, con José Luis Mendilibar en el banquillo granota, Morales se estrenó como goleador en la élite. En aquel entonces —5 de octubre de 2014— aún no era un futbolista principal. Todo cambió en el Derbi en Orriols ante el Valencia y terminó siendo el segundo jugador con más minutos —el primer de campo— por detrás del guardameta Diego Mariño. Elena disfruta con cada exhibición de compromiso del ‘11’. Las celebraciones son ahora más especiales y las que faltan aún por venir, de extremo izquierdo, derecho, lateral diestro, carrilero zurdo o incluso de mediapunta, como el día de su debut en Primera en San Mamés. Volverá a ser uno de los hombres de confianza de Lucas Alcaraz.

Elena cantó por Alba Molina

En la ceremonia del sábado no faltó su agente y amigo Javi Piquer, otro de los pilares en su escalada en el Levante, quien no puede esconder su satisfacción por el momento dulce en lo personal y profesional que atraviesa su representado. También estuvieron Jorge y Tomás, dos fisioterapeutas de la entidad granota. Y evidentemente, muchísimos familiares. El desembarco desde Madrid —por parte de él— fue enorme para una cita con muchos momentos emotivos. La mejor inyección posible para afrontar la reválida de la consolidación en la Liga BBVA. Elena le sorprendió cuando cogió el micrófono para dedicarle una canción, una de sus virtudes y en cualquier estilo que se le ponga por delante. «José lo es todo para mí, tanto que me deja sin palabras», dijo, con las sonrisas de los invitados, antes de entonar ‘Te quiero mucho’ de Alba Molina. La boda ratifica la felicidad de un futbolista que con mucho trabajo se ha hecho con un hueco en Orriols. Normal que más de un equipo llamara a su puerta antes de renovar.