Pago con tarjeta frente el tradicional pago en metálico. Una alternativa cada vez más extendida pero que puede derivar en un sobreendeudamiento si se utilizan de forma errónea y sin un adecuado control de los gastos.

Según los últimos datos del Banco de España existen casi 80 millones de tarjetas en circulación en nuestro país, de las cuales casi 50 millones se corresponden con tarjetas de crédito (puede aplazarse el pago y emplearlas aunque no se disponga de fondos, ya que la deuda contraída se salda a final de mes o tras unos meses) y el resto son de débito (el pago se carga directamente en la cuenta corriente y solo se permite el cobro hasta el límite de fondos que tenga la cuenta).

La cantidad de tarjetas en uso, ya sean de uno u otro tipo, está creciendo de manera continuada desde el año 2015, por lo que es importante conocer su funcionamiento y ser precavidos para evitar sorpresas en forma de gastos, especialmente en el caso de las de crédito.

No priorizar el pago de la tarjeta o pagar el mínimo

No priorizar el pago de la tarjeta o pagar el mínimo

Es muy recomendable dar prioridad al pago de los gastos derivados por el uso de las tarjetas, frente a otras deudas. Esto se debe a los elevados intereses que suele conllevar el aplazamiento de estos pagos, por lo que mejor es saldar la deuda cuanto antes.

Tampoco es una buena opción pagar la cantidad mínima, ya que de esta forma el saldo adeudado seguirá creciendo cada mes. De hecho los expertos recomiendan que el saldo adeudado no supere nunca el 30% de la línea de crédito de la tarjeta.

Pagar el gasto de una tarjeta con otra

Pagar el gasto de una tarjeta con otra

Una de las técnicas más habituales a la hora de afrontar el pago de la tarjeta es recurrir a otro crédito. Esto suele derivar en un incremento continuo de la deuda, como si de una bola de nieve se tratase, por lo que no es una buena idea solicitar un nuevo crédito para saldar el inicial.

Emplearlas como un ingreso extra

Emplearlas como un ingreso extra

A pesar de la comodidad que supone el uso de las tarjetas de crédito, es necesario recordar que estas suponen el préstamo de cierta cantidad de dinero para que se devuelva posteriormente y no considerarlo como parte de nuestros ingresos.

Adquirir demasiadas

Adquirir demasiadas

Las múltiples ofertas de los bancos para promocionar el uso de sus tarjetas, en forma de descuentos y diferentes regalos, son un peligroso anzuelo que conviene evitar. El tener más tarjetas de las necesarias suele derivar en un mayor gasto, lo que puede suponer problemas a la hora de afrontar los pagos.

No establecer un presupuesto

No establecer un presupuesto

Es importante tener un control sobre los ingresos obtenidos, para evitar caer en unos gastos mayores de los que se pueden afrontar, ya que la comodidad que supone el uso de la tarjeta es un arma de doble filo.

No conocer los detalles

No conocer los detalles

La fecha de corte determina la cantidad a pagar, así como el momento en que debe realizarse dicho pago. En el caso de no saldar la deuda en el plazo estipulado los intereses aumentarán, por lo que la compra nos saldrá más cara de lo previsto inicialmente.

La importancia de hacer un estudio previo

La importancia de hacer un estudio previo

Analizar con detenimiento las condiciones de la tarjeta antes de contratarla y compararla con otras alternativas en una buena opción de cara a evitar futuros imprevistos. En este sentido hay que conocer las comisiones que aplica cada banco para no ser víctima de cobros abusivos.