Tras las Navidades nos adentramos en el mes más difícil y canino del año. Enero está marcado por la terrible cuesta económica que nos dejan las fiestas, los regalos y las rebajas. Para muchos ahora toca pagar todos los gastos en múltiples ocasiones realizados con poca planificación. Para que el mes de enero no se nos atragante como las uvas, existen una serie de consejos que nos harán sobrellevar mejor el principio de 2019.

Realiza un presupuesto

Es el 'abc' de la economía familiar y doméstica: confeccionar un presupuesto para tener un control absoluto de los ingresos y los gastos del hogar. A la hora de hacerlo hay que separar las partidas estrictamente necesarias de las que no lo son. También hay que tener en cuenta los gastos de cada mes y los gastos trimestrales, semestrales o anuales como pueden ser, seguros médicos o impuestos de la vivienda.

¿Qué debe buscar el presupuesto? Nuestras cuentas tienen que encontrar el equilibrio y, siempre que sea posible, ir haciendo un colchón para cualquier imprevisto que pueda salir a lo largo del año. Una vez lo tengamos confeccionado, debemos utilizarlo, modificarlo con los gastos reales, utilizarlo para compararlo con otros años, analizar las diferencias...

Enero es el mes por excelencia de las rebajas, pero si no queremos arrastrar las consecuencias todo el año, debemos ser muy estrictos con lo que compramos y priorizar solo aquello necesario.

Sé responsable

Existen ofertas que inevitablemente nos obligan a gastar más. Por ejemplo, el típico 3x2 puede llevarnos a comprar una cantidad excesiva de un producto que no necesitamos, por lo tanto no ahorramos. Debemos ser responsables en nuestros hábitos de consumo y adquirir aquello que sí utilicemos.

Compara

La pereza es mala consejera del ahorro. Si nos ceñimos a nuestros hábitos y no comparamos otros comercios, productos, compañías... poco podremos ahorrar en nuestro día a día. Se puede hacer en casi todo, desde los más cotidianos de compra diaria como ropa, comida o combustible, a servicios como telefonía o electricidad.

Analiza las formas de financiación más económica

Si al final recurrimos a alguna forma de financiación para afrontar los pagos, existen dos reglas esenciales que seguir: escoger las más baratas y pagar lo antes posible.

El cálculo del coste lo tenemos que hacer de forma homogénea, utilizando la TAE que todos los productos de financiación deben informarnos de forma obligatoria.

Por ejemplo, si debemos 2.000 euros y elegimos una cuota mensual de 30 euros, solo los intereses mensuales de 40 euros superarán esa cantidad con lo que al siguiente mes deberemos más, 2.010 euros.

Ahorro en los hábitos domésticos

Además, de aquello estrictamente económico, podemos llevar a cabo algunas acciones que repercutirán de manera positiva en nuestro bolsillo:

  1. Aísla bien tu casa: La energía que no utilizamos es la más barata. Por eso, blinda ventanas y puertas del frío.
  2. Cambia las bombillas por otras de bajo consumo.
  3. Coloca filtros en los grifos y cierra un poco la llave de paso del agua. Así reducirás su consumo casi sin darte cuenta.
  4. Apaga los aparatos eléctricos cuando no los estés utilizando.
  5. Utiliza el microondas en lugar del horno; conseguirás ahorrar en torno a un 60-70% de energía.
  6. Intenta que la lavadora, la secadora o el lavavajillas funcionen siempre a plena carga.
  7. Cada vez que abres la puerta de la nevera despilfarras un 7% de energía; piensa bien lo que quieres coger o dejar antes de hacerlo.

Resumiendo, debemos controlar de forma adecuada nuestras finanzas, gastos e ingresos y tomarnos el tiempo suficiente para huir de las decisiones precipitadas. Además, debemos procurar siempre gastar, consumir y financiar de forma responsable y así evitaremos grandes sustos.

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