El inglés Lewis Hamilton (Mercedes) se ha convertido en el nuevo líder del Mundial de Fórmula 1 al ganar el Gran Premio de Singapur y aprovechar el abandono de su compañero alemán Nico Rosberg, en una carrera en la que Fernando Alonso exprimió de nuevo su Ferrari y acabó cuarto.

Hamilton, que había salido desde la 'pole', logró su séptima victoria del año -la vigésima novena en F1- al ganar la carrera nocturna disputada en el circuito urbano de Marina Bay por delante de los dos Red Bull del cuádruple campeón del mundo alemán Sebastian Vettel -que logró su mejor resultado de la temporada- Vettel y del australiano Daniel Ricciardo.

A falta de cinco pruebas para el final del campeonato, Hamilton lidera el Mundial con 241 puntos, tres más que Rosberg, que se retiró, por un fallo en el funcionamiento de su volante, tras la decimocuarta de las 61 vueltas a las que estaba prevista la carrera, que, debido al tope de dos horas se resolvió en sesenta.

En el que fue el mejor fin de semana del año para Alonso, según indicó el doble campeón mundial asturiano después de una carrera exigente, debido al calor y la humedad imperante en la ciudad-estado asiática, que acabó pegado a los Red Bull, escudería que firmó con Vettel los últimos cuatro 'dobletes' en el Mundial de F1.

Fernando a punto estuvo, incluso, de lograr, en la peor crisis de Ferrari en mucho tiempo, su tercer podio de la temporada, después de los que logró en China, donde acabó tercero; y en Hungría, la pista de su primera victoria -en 2003-, en la que fue segundo.

Hamilton ganó por segunda vez, después de haberlo hecho en 2009 con McLaren, en Singapur, donde tomó el mando del certamen aprovechando la retirada de Rosberg, segundo en parrilla, al que ya se le había quedado parado el coche antes de la salida, por lo que afrontó las primeras vueltas de la carrera desde el fondo del grupo.

Al entrar a boxes, por primera vez, en la vuelta 14, y dada la imposibilidad de poner en marcha de nuevo su 'flecha de plata', tras un nuevo cambio de volante, Nico se vio obligado a abandonar. Por segunda vez este año, después de la retirada, por problemas en la caja de cambios, en Silverstone, durante el Gran Premio de Gran Bretaña, a principios de julio.

En esos momentos, Hamilton -que había llegado a Singapur segundo, a 22 puntos- rodaba en primera posición, sin problemas y pensando ya en el liderato del certamen, por delante de Vettel y de Alonso, que era tercero.

Fernando había salido bien, rebasando a los dos Red Bull, que partían desde la segunda fila, y subiendo, tras el 'bloqueo' de Rosberg, del quinto puesto en parrilla, al segundo provisional, que 'devolvió' poco después a Vettel, al haberse 'saltado', tras pasarse de frenada, la primera curva.

En la decimotercera vuelta hicieron su primera parada el doble campeón mundial asturiano y los Red Bull de Vettel -que el año pasado festejó tercer triunfo seguido en Singapur, con el que encarrilaba su cuarto título consecutivo- y Ricciardo. Un giro antes de que parase Hamilton, que también repitió compuesto superblando, y de que se retirara Rosberg.

Fernando, ganador en el estreno de Singapur, en 2008 (con Renault) y que repitió triunfo dos años después, ya en Ferrari; paró de nuevo en la 25 y repitió gomas superblandas, un giro antes de que Vettel le cubriese, aunque con estrategia diferente: el campeón de Heppenheim pasó a blandos -el más duro de ambos compuestos-.

Hamilton entró de nuevo en garaje en la 27 y volvió a poner los superblandos, cinco vueltas antes de que el mexicano Sergio Pérez, que repitió el séptimo puesto logrado hace dos semanas en Monza (Italia) perdiese el alerón delantero de su Force India, provocando la entrada del coche de seguridad, que permaneció en pista hasta la 37.

Alonso había cambiado a blandos, aprovechando la entrada del 'safety', que se retiró con Hamilton en cabeza, por delante de los Red Bull de Vettel y Ricciardo, con el astro astur en cuarta posición y los Williams de Felipe Massa y Valtteri Bottas ocupando, respectivamente, los puestos quinto y sexto, que el brasileño mantuvo y el finlandés, undécimo al final, no.

El inglés, único que no había usado ambos compuestos, sabía que aún tenía que parar al menos una vez, por lo que aumentaba la emoción por ver si podría o no arrebatarle el liderato del Mundial a su antagonista germano, al que un segundo puesto de Lewis le hubiese valido para entrar líder dentro de dos semanas en Japón.

Así que a Hamilton no le quedaba otra que apretar al máximo con las gomas más blandas y, a falta de 20 para meta, comandaba la carrera con 9.7 segundos sobre Vettel, 10.8 respecto a Ricciardo; y con 13.6 sobre Alonso, que circulaba en cuarta posición. Cinco más adelante, Lewis ampliaba a 18.7 sobre 'Seb' y 22.6 sobre el australiano, al que presionaba Fernando.

Últimas vueltas

El campeón inglés llegó a superar los veinte segundos de ventaja, insuficientes tras parar en la 53, cuando tuvo que ceder momentáneamente a Vettel un liderato que recuperó sólo una vuelta después. A partir de ahí, Lewis enchufó la directa y entrará con bastón de mando en Suzuka.

Las últimas vueltas fueron emocionantes, pero los puestos del segundo de Vettel al cuarto de Alonso no se alteraron y Ricciardo fortaleció, con su tercer puesto, idéntica plaza en la general.

El australiano la ocupa ahora con 181 puntos, 48 más que el piloto de Oviedo, que no pudo festejar con un podio a San Mateo, el patrón de su ciudad, pero que recuperó la cuarta plaza general tras una carrera en la que firmó un espectacular final el francés Jean-Eric Vergné, que condujo su Toro Rosso -equipo copatrocinado por la petrolera española CEPSA- hasta el sexto puesto final en Marina Bay.