MOTOR

Un año sin Adrián Campos

El fallecimiento del expiloto de Fórmula 1 y fundador de la escudería Campos Racing conmocionó el deporte valenciano y en especial el mundo del motor y el automovilismo

El deporte valenciano sufrió un enorme shock la noche del 27 de enero de 2021, cuando se conoció el fallecimiento de Adrián Campos, a los 60 años, en su Alzira natal, por un problema grave de corazón que le causó una disección aórtica. Pasada la medianoche, su equipo hacía oficial la triste noticia, que suponía la desaparición del que fue el primer piloto valenciano en la historia de la Fórmula 1 y fundador de la escudería Campos Racing, un equipo que un año después mantiene su legado y su recuerdo compitiendo en las categorías trampolín del gran circo, al que acompaña. Precisamente este mismo miércoles, su hijo Adrián Campos-Suñer Torres confirmaba su primer piloto para esta temporada en la Fórmula 3, el jovencísimo Pepe Martí, de solo 16 años.

Y es que el alcireño fue el descubridor de grandes talentos para el automovilismo, como el bicampeón de Fórmula 1 Fernando Alonso, Marc Gené y Antonio García. Fue representante del asturiano a su llegada a la F1 en el equipo Minardi, antes de la llegada de Flavio Briatore.

Adrián Campos destacó en su juventud en la F3 internacional, en la F3000 y compitió durante temporada y media en la Fórmula 1 con el equipo Minardi, en 1987 y 1988. Tras brillar en su faceta de piloto, también lo hizo como empresario al frente de su escudería.

Alzira despedía a uno de sus hijos más ilustres, en la más estricta intimidad por deseo de la familia y para respetar las medidas anticovid, aunque resultó inevitable que varias decenas de alcireños permanecieran a las puertas del templo de Santa Catalina para manifestar sus condolencias a la familia. Los trabajadores de su escudería le brindaron un homenaje póstumo con el rugido de motores.

Un par de semanas más tarde, el Campos Racing agradecía en un comunicado firmado por el hijo de Adrián las muestras de apoyo y mostraba su compromiso a mantener su inmenso legado.