Hay quien dice que 'La isla de las tentaciones' no deja de sorprender. Otros más expertos sabemos que sorpresas, las justas. Este miércoles 24 de noviembre se mostraron los primeros cuernos de la presente edición. Había muchos candidatos a estrenar el casco vikingo y 'casualmente' (¡ja!) fueron Álvaro y Rosario los primeros en probar la fruta prohibida. Ambos lo hicieron prácticamente la misma noche, aunque Telecinco se encargó de esconder parcialmente el primer morreo de ella, mostrando el de él. ¿Quién lanzó la primera piedra? Pues sólo lo saben los del montaje de vídeos.

Álvaro es un tipo peculiar, algo feucho, pero con pinta de ligón de discoteca con poca visibilidad. Ahí, se mueve bien, alabando la belleza de chicas que perfectamente pueden carecer de ella. Eso es lo de menos cuando eres un 'calent de la vida'. Que se lo digan a Sabela, la Amy Winehouse de la villa y en quien puso sus ojos. Y ella sus pestañones...

Cada fiesta que les montan en las villas se basa en juntarse todos en la zona central del salón, entre los sofás que ambientan la sala y beberse unas copillas que generalmente no llevan ni hielo. Saben que están en la televisión y no se pueden pasar con el alcohol, que no hay tiempo para resacas y malas caras. Pues bien, en una de estas fiestecillas fue nuestro amigo Álvaro quien se lanzó a los morros de la Amy de andar por casa, siendo totalmente correspondido. La excusa que puso él en la hoguera es que le mostraron imágenes de su novia, Rosario, tonteando con un chico. ¡Hasta aquí hemos llegado! El chico mantuvo algunas conversaciones de niños de 15 años picantón antes de probar fortuna con su tentadora. Y recalcamos lo de tentadora porque el tentador pareció siempre más él.

Pero que no todo queda ahí. Rosario, otra chica de lo más liberal, tonteó desde el principio con Suso. Un tipo fortachón como su novio, pero con un molde totalmente diferente de cara y carácter. A ella, que le ha puesto los cuernos varias veces antes de entrar en el programa, tampoco le costó mucho mantener la cercanía con el tentador. Vamos, que hasta en un momento en el que Suso quiso ir de sensible con unos lagrimones que pueden llenar pantanos, le plantó el primer beso de la noche. Se ve que a la muchacha le gustan los hombres sensibles. Por cierto, se supone que Suso lloraba porque un par de tentadores de la villa le contaron a Rosario lo que este personaje decía de ella a sus espaldas. A Rosario le molestó ser insultada en secreto, pero no mucho, visto lo visto. Ojos que no ven... ya se sabe.

Álvaro, jugando con la 'Amy Winehouse' de la villa Telecinco