La cuarta edición de 'La Isla de las Tentaciones' es algo más postiza (todavía más) que las tres anteriores. Las parejas son plenamente conscientes de a qué van y a qué vienen, así como el juego que deben ofrecer en pantalla para seguir contando en el futuro para participar en los debates, que te llamen para bolos y crecer en redes sociales. Vamos, saben lo necesario para dar la nota.

Josué y Zoe

Empecemos por este extraño dúo. Lo primero es afirmar que no están bien y no lo decimos en el sentido de pareja. Josué tiene una personalidad extraña que le lleva a creerse una especie de superman, aunque añadimos que lo sería si a este ser lo fusionamos con un pitufo. Vamos, que es una especie de pitufo cachas con ganas de dar la nota. Quizá sea uno de los más listos de la edición. Zoe, por su parte, parece mucho más inestable. Sus inseguridades y lo tóxico de su relación le van a llevar por mal camino, si bien a nosotros no nos engañan sus sobreactuaciones. Por otro lado, resulta evidente que le gusta meter 'caquita' entre las parejas.

Alejandro y Tania

Son lo que mucha gente catalogaría como una pareja modelo. Por fuera, claro. Sus personalidades no pegan ni con cola y es que este Míster España 2015 es el personaje más inseguro que ha pasado por 'La isla de las tentaciones' en sus cuatro ediciones y media. Sus complejos le llevan a sospechar de todo y de todos hasta el punto de martirizar a la pobre Tania, que tampoco parece la más fiel, por lo menos de pensamiento, palabra y quién sabe qué más. Más le vale a la joven irse de la isla más sola que la una. Por si fuera poco, el modelo celosón soltó un bombazo en un vídeo que no le gustó nada a Marina, la ex de Isaac.

Alejandro, Míster España 2015, y Marina

Darío y Sandra

Es una pareja bastante nivelada. Ambos se muestran seguros de sí mismos, pero no tanto de su pareja. Los fiestorros de la isla les pondrán a prueba el amor que dicen sentir, pero lo cierto es que él tiene fama de golfo. Fama bien merecida al parecer, ya que le habría puesto unas buenas banderillas a su novia incluso con otra de las concursantes. Algo tendrá que explicar Rosario. En cualquier caso, Sandra no es precisamente una monjita y sólo una semana antes de entrar al programa le puso los cuernos a su novio con un ex... y evidentemente no es la primera vez. Ella le llorará un poquito, le hará sentirse culpable al pobre Darío y en paz.

Nico y Gal-la

Este pequeño futbolista estaba enamorado de su pareja, pero ella ya le fue infiel en el pasado por lo menos con dos (se hablan de tres) de sus compañeros de equipo. A ver, que en todos los vestuarios de los equipos cuecen habas, pero esto no habla bien del compañerismo. Ella se escuda en que no sabía que la relación iba en serio, pero igual es que simplemente estaba haciendo labores de scouting. Él tiene pinta de ser un quiero y no puedo, una especie de ligoncete de segunda de esos que pescan con dinamita. Prueba de ello, el cruce de cuernos que se ponen ambos en la villa.

Álvaro y Rosario

Estos la van a liar. Rosario llegó pisando fuerte, ya que en el pasado se había liado con Darío, otro de los participantes. Pese a que Darío afirmó que no había mantenido el contacto con Rosario después de liarse, ella aseguró haber seguido hablando con él. "Eso es mentira. Hemos mantenido conversaciones por Instagram y WhatsApp", sentenció. Cazote que puede traer consecuencias. Ella, muy celosa para variar, jugará mucho con los pretendientes hasta el punto de dejarse engatusar por las trolas que le suelten, mientras que él será más directo, ya que le gusta gustar y se cree el no va más. Al final, se lía con la 'Amy Winehouse' de mentira.