¿Puede tu perro realmente jugar con pelotas de tenis?

Estas pelotas no están diseñadas como un juguete para nuestra mascota y podría causarle graves daños

Todos los perros adoran jugar. Pero a veces nos planteamos que cual es mejor juguete para nuestro perro o simplemente cual le va a gustar más. El juguete más popular para nuestra mascota canina es una pelota, pero lo cierto es que no todas las pelotas son adecuadas. El mejor ejemplo de esto son las pelotas de tenis, las cuales están destinadas para jugar a tenis como bien indica su nombre. Pues muchos dueños usan esta pelota para sus perros, pero lo que no saben es que su pelo amarillo y su plástico blanco puede hacer que nuestra mascota acabe en una intervención quirúrgica de urgencia.

Solemos dar estas pelotas para nuestra mascota porque casi siempre tenemos una por casa, es de buen tamaño y estamos seguros que su color va a llamar la atención de nuestro perro. Pero estas pelotas pueden ser mordidas por los perros, lo cual puede llevar a dañar su esmalte de dientes y a un atasco en el tracto intestinal. Por eso, algunos expertos sugieren dos alternativas.

Desde Animal Dental Care avisan de que el riesgo está «en la masticabilidad de la pelota y en la característica pelusa amarilla de las pelotas de tenis». Y es que este pelo amarillo «puede actuar como una fina lija en el esmalte de los dientes», que acabaría desgastándose. Además, «puede provocar obstrucciones intestinales», cosa que si ocurre se debería intervenir quirúrgicamente.

Por otra parte, los expertos explican que los perros tienen «mucha fuerza en la mandíbula», por lo que podrían romper fácilmente la pelota, lo que podría provocar que los restos de la pelota acaben «en la parte posterior de la garganta, bloqueando las vías respiratorias». Además, «Si se la comen es muy doloroso». « Los pedazos de goma pueden atascarse en el tracto intestinal, lo cual es una situación de emergencia que requiere una urgente intervención quirúrgica», explican. Por eso los expertos recomiendan «los juguetes de goma dura», u otros juguetes más naturales como «un frisbi de tela suave».