Así es el método de Harvard para mejorar tu memoria

Los científicos de la prestigiosa universidad dan una serie de pautas para 'conservarla' en el mejor estado posible incluso con el paso de los años

El paso de los años conduce a cambios graduales en muchas habilidades asociadas con el pensamiento y la memoria, dificultando la atención, la memorización o la absorción rápida de memoria. A quién no le ha pasado verse en circunstancias como no saber dónde ha puesto las llaves o incluso ir a buscar algo y no acordarse de lo que había ido buscar. Es algo muy habitual.

Como dicen los científicos de la Universidad de Harvard (EEUU), “la ralentización en el procesamiento puede provocar un cuello de botella en la entrada de información a la memoria a corto plazo, lo que reduce la cantidad de la misma que se puede adquirir y codificar en la retentiva a largo plazo”. Marcos Llanero, jefe del Servicio de Neurología del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo asegura que “los olvidos forman parte normal de la vida de todas las personas. De los recuerdos que se generan cada día solo se almacenan los que tienen que ver a nivel emocional. Es decir, nos acordamos de lo bueno y de lo malo. La diferencia radica, por tanto, cuando dichos olvidos están relacionados con una enfermedad”.

Este estudio, publicado en el 'Clinical Epidemiology', se ha validado con el análisis de datos de más de 1,3 millones de personas adultas entre 65 y 99 años de edad entre 2009 y finales de 2018. Es decir, no se han tenido en cuenta datos posteriores al comienzo de la pandemia del covid-19, cuyos efectos a nivel de memoria y cognitivos son toda una incógnita para los investigadores en un futuro. Se debe tener en cuenta que "existe un deterioro cognitivo, como por ejemplo cuando el paciente empieza a desorientarse, que va más allá de lo predecible como normal dentro del paso del tiempo. De ahí que tengamos dos clases del mismo: el leve (o ligero, como también se denomina), que es mayor de lo normal que se espera para la edad concreta pero que no interfiere en la vida diaria, y el que se asocia a la demencia y que sí afecta al día a día”, insiste el Dr. Llanero. Aclaran los científicos de Harvard que “la mayoría de los problemas de memoria fugaces que experimentamos con la edad reflejan cambios normales en la estructura y función del cerebro. Estos pueden ralentizar ciertos procesos cognitivos, haciendo que sea un poco más difícil aprender cosas nuevas rápidamente o descartar las distracciones que pueden interferir con la memoria y el aprendizaje".

Desde Harvar insisten en que aunque "estas transformaciones pueden ser frustrantes y pueden parecer lejos de ser benignas cuando necesitamos aprender nuevas habilidades o hacer malabarismos con innumerables responsabilidades. Pero, gracias a décadas de investigación, existen varias estrategias que podemos usar para proteger y agudizar nuestras mentes. Aquí hay siete pautas que te ayudarán”.

La educación tiene su papel

Un mayor nivel de educación se asocia con un mejor funcionamiento mental en la vejez. Así lo constata un estudio, publicado en ‘Frontiers in Aging Neuroscience’, que concluye: “Tener niveles más altos de educación, o reserva cognitiva, puede permitir que las personas aprovechen una mayor integridad estructural en el hipocampo para respaldar el recuerdo tardío en la vejez”. Desafiar, por tanto, al cerebro con ejercicios mentales activa procesos que ayudan a mantener las neuronas y estimulan la comunicación entre ellas. Muchas personas tienen trabajos que las mantienen mentalmente activas, pero dedicarse a un pasatiempo o aprender una nueva habilidad puede funcionar de la misma manera. Leer, jugar al ajedrez, retomar las clases… Construir y preservar las conexiones cerebrales es un proceso continuo, así que no hay que parar de trabajar con la mente".

Cuantos más trates de aprender algo, más parte de tu cerebro estará involucrada en retenerlo en la memoria. “Se ha comprobado en un estudio en el que a un grupo de adultos se les mostró una serie de imágenes emocionalmente neutras, cada una presentada junto con un olor. No se les pidió que recordaran lo que vieron. Posteriormente, se les mostró un conjunto de imágenes, esta vez sin olor, y se les sugirió que indicaran cuáles habían visto antes. Tenían un recuerdo excelente para todas las imágenes emparejadas con olores, y especialmente para aquellas asociadas con los agradables”. Las imágenes cerebrales indicaron que la corteza piriforme, la principal región de procesamiento de olores del cerebro, se activó cuando las personas vieron objetos originalmente emparejados con los mismos, a pesar de que estos ya no estaban presentes y los sujetos no habían tratado de recordarlos. De hecho, algunos estudios han constatado el papel del olfato en las emociones y la memoria.

Sencillos trucos

Aprovecha los calendarios y planificadores, mapas, listas de compras, carpetas de archivos y libretas de direcciones para mantener accesible la información de rutina. Designa un lugar en casa para tus gafas, bolso, llaves y otros artículos que usas con frecuencia. Elimina el desorden de tu oficina o del hogar para minimizar las distracciones, así te concentrarás en la nueva información que deseas recordar.

Por otro lado, si tu objetivo es retener algo que acabas de escuchar, leer o pensar, “repítelo en voz alta o escríbelo. Los procesos de repetición, así como las asociaciones, son muy útiles para mantener la memoria. Por ejemplo, utilizar un número como la fecha de cumpleaños, asociado a algo que queremos preservar en el cerebro”, insiste el experto español. La utilidad de esta medida la demuestran algunos trabajos, como el publicado en 'Froteries in Human Neuroscience'.

La repetición es más potente como herramienta de aprendizaje cuando se realiza en el momento adecuado. Es mejor no reiterar algo muchas veces en un periodo corto, como si se estuviera estudiando para un examen. En su lugar, vuelve a 'hincar los codos' para lo esencial después de periodos de tiempo cada vez más largos: una vez por hora, luego cada pocas horas y luego una sola vez todos los días. Esta medida es más valiosa si se quiere dominar información complicada, como los detalles de una nueva asignación de trabajo.

Haz nemotécnicos, es un sistema sencillo y muy empleado para recordar una secuencia de datos, nombres, números, y en general para acordarse de listas de elementos que no se ‘fijan’ fácilmente y es, además, tremendamente útil.