Se acerca el verano y con él, los mosquitos. Su ciclo reproductivo va unido precisamente a la subida de las temperaturas y especialmente a la aparición de agua estancada. Más allá de estos insectos normales que nos han acompañado toda la vida hay otra variedad que puede resultar bastante más peligrosa: el mosquito tigre.

Su propio nombre lo dice todo; no se trata de un mosquito normal, sino que es capaz de transmitir algunas enfermedades tropicales como el dengue, el chikungunya y el zika. En cuanto a las zonas españolas donde suele actuar, el litoral mediterráneo es el que más presencia tiene de este insecto. El 'Aedes albopictus' se caracteriza por su coloración negra con ornamentación blanca en tórax y abdomen, patas a bandas negras y blancas y una línea blanca longitudinal central en tórax y cabeza. Tiene una longitud de entre unos 5 y 10 mm, lo que supone casi triplicar el tamaño de un mosquito normal, y su picadura es mucho más potente que la de la otras especies.

Las hembras de mosquito tigre, al igual que el resto de hembras de los mosquitos, necesitan sangre para que maduren sus huevos y para ello pican a animales, y también humanos claro, para obtenerla. Es en ese momento cuando perforan la piel y hasta incluso la ropa en el caso de prendas finas. A través de una cánula, el insecto inyecta una sustancia anticoagulante que le permite absorber la sangre. Esta compuesto se mezcla con la saliva del mosquito y penetra en el torrente sanguíneo de la víctima.

La picadura, la sustancia anticoagulante y la saliva del insecto provoca una reacción de picor instantánea y además puede inducir una reacción alérgica en la víctima de variable intensidad, desde un enrojecimiento de la zona hasta incluso una reacción anafiláctica. En caso de picadura, frotarse la zona afectada no sólo no elimina la hinchazón y el picor, sino que lo empeora. Rascarse en exceso también puede llegar a causar la infección de la erupción.

Para mitigar las molestias y evitar que la saliva del mosquito se extienda y provoque hinchazón se puede aplicar un poco de frío local o amoniaco diluido. En caso de reacción alérgica, ir al médico para que evalúe el caso y, si lo considera necesario, recete antihistamínicos o una crema con corticoides.