Con el otoño ya en marcha, son muchos los que aprovechan la vuelta a la rutina para tomar las riendas de su alimentación y poner fin a los excesos del verano. Las frutas y verduras se convierten en la pieza perfecta para la puesta a punto de nuestro organismo. Entre estos alimentos no puede faltar es la coliflor, ya que presenta un sinfín de beneficios para nuestro organismo.

Se trata de una verdura con miles de años de antigüedad que hoy sigue fascinando a la comunidad científica. Pertenece a la misma familia que el brócoli y su contenido en antioxidantes y fitonutrientes la convierte en un alimento muy saludable. Es una inflorescencia de forma redondeada, carnosa y de gran tamaño, que pertenece a la familia de las crucíferas, es decir, a la familia de las coles. Pues bien, se trata de un tipo de col que aporta muy pocas calorías, pero muchos beneficios a nuestro organismo.

La coliflor posee un perfil nutricional muy completo. SD

Un alimento muy completo

La coliflor es una de las verduras más populares de Europa occidental junto con el repollo. A pesar de que a menudo la cocinamos cocida o hervida, la mejor forma de cocinarla para que conserve más nutrientes es al vapor o en el microondas. Lo más habitual es comerla como plato principal, ya sea cocinada al vapor, frita, asada, estofada, hervida o incluso gratinada, aunque también puede servir de guarnición de carnes y pescados o aparecer como ingrediente. 

Hay que destacar su potente acción en nuestro sistema cardiovascular. La coliflor contiene una sustancia llamada sulforafano, que previene las enfermedades cardiovasculares, gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, y evita la aparición enfermedades oculares como las cataratas. Las vitaminas más importantes de la coliflor son la A, K, C y varias del grupo B (tiamina, riboflavina y B6). No hay que olvidar su aporte de magnesio, potasio, fósforo y antioxidantes.

 La coliflor contiene 3 g de fibra por cada 100 g de verdura sin cocinar, es decir, aporta el 10% de nuestras necesidades diarias, lo que contribuye a mejora el tránsito intestinal y reduce la posibilidad de padecer enfermedades coronarias y cáncer. También es, gracias a su contenido en fibra, diurética y depurativa, lo que incrementa su aporte saludable y ayuda a combatir la retención de líquidos. Además, tiene poquísimas calorías (22 kcal/100g), por lo que es uno de los alimentos más saciantes que se pueden incluir en las dietas de adelgazamiento.

También contribuye al control de la hipertensión y el colesterol gracias a las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que presenta. Además, hay quien asegura que la clave para potenciar sus beneficios es agregarle cúrcuma.