Estudio de Harvard

Evita estos alimentos si quieres mantener tu cerebro en forma

La salud depende de la nutrición de nuestra microbiota, de cómo alimentamos a los billones de bacterias, hongos y levaduras que colonizan el intestino desde que nacemos

Una mujer realiza la compra en un supermercado.

Una mujer realiza la compra en un supermercado.

Natalia Vaquero

Podemos cumplir 125 años en plena forma con una dieta sana, un ejercicio físico adecuado a la edad, una intensa gimnasia mental, más de seis horas diarias de sueño y una rica vida social rodeados de buenos familiares y amigos. Esta es la receta que desde hace años prescribe la bióloga Coral Sanfeliú, experta en antienvejecimiento y neurodegeneración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Barcelona que aconseja también disfrutar del paso de los años protegiendo a nuestro cerebro con paseos por zonas verdes para aminorar o retrasar los síntomas de enfermedades ahora incurables como el alzhéimer

Los consejos de Sanfeliú son corroborados por una psiquiatra nutricional de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard. La doctora Uma Naidoo y autora del libro Este es tu cerebro en la comida (This Is Your Brain on Food) ha estudiado cómo nuestras bacterias intestinales pueden desencadenar procesos metabólicos e inflamación cerebral que afectan nuestra memoria y concentración. 

Y es que la salud depende de la nutrición de nuestra microbiota, de cómo alimentamos a los billones de bacterias, hongos y levaduras que colonizan el intestino desde que nacemos y que lo mismo protegen contra la obesidad o la depresión que disparan la inflamación presente en los pacientes más graves de coronavirus. Y esto es así porque la microbiota intestinal regula nuestro sistema inmunitario e influye en la predisposición o no a infecciones víricas y bacterianas.

Naidoo insiste en que podemos reducir la posibilidad de demencia evitando ciertos alimentos que pueden comprometer nuestras bacterias intestinales. 

Estos son los alimentos que debes evitar o reducir su consumo para proteger la salud del cerebro, el pensamiento agudo y la buena toma de decisiones: 

Azúcares añadidos y procesados

El cerebro utiliza la energía en forma de glucosa para alimentar las actividades celulares. Sin embargo, una dieta con alto consumo de azúcares puede provocar un exceso de glucosa en el cerebro, lo que los estudios han vinculado a deficiencias en la memoria y a una menor plasticidad del hipocampo, parte cerebral que controla la memoria. 

El consumo de alimentos procesados, como la bollería industrial y los refrescos, suelen estar cargados de azúcares refinados que inundan el cerebro de glucosa.

Fritos

Patatas fritas, tempura, samosas o alitas de pollo empanizadas. Cuando se trata de la salud de nuestro cerebro, merece la pena reducir la cantidad de estos alimentos de nuestra dieta. 

Un alto consumo de alimentos fritos está relacionado con puntuaciones más bajas en el aprendizaje y la memoria. 

Hidratos de carbono de alta carga glucémica

Aunque los alimentos ricos en hidratos de carbono, como el pan, la pasta y cualquier otro producto elaborado con harina refinada, no tengan un sabor dulce, el cuerpo los procesa de forma muy parecida a como lo hace con el azúcar.

"Los carbohidratos de mejor calidad" se definieron como granos enteros, alimentos con alto contenido de fibra y aquellos clasificados como bajos en el índice glucémico (IG). El IG es una medida de la rapidez con la que los alimentos se convierten en glucosa cuando se descomponen durante la digestión: cuanto más rápido se convierta un alimento en glucosa en el organismo, mayor será su clasificación en el IG.

Los carbohidratos de alto IG son las patatas, el pan blanco y el arroz blanco. La miel, el zumo de naranja y los panes integrales son alimentos de IG medio. Los alimentos de IG bajo son las verduras verdes, la mayoría de las frutas, las zanahorias crudas, las alubias, los garbanzos y las lentejas. 

Alcohol

La ingesta excesiva de alcohol aumenta el riesgo de demencia. La doctora Sanfeliú, eso sí, invita a beber cada día una copa de vino mientras prosigue sus indagaciones sobre los beneficios del revesratrol y la melatonina, fármacos que han demostrado su eficacia a la hora de retrasar estas enfermedades neurodegenerativas.

Nitratos

Utilizado como conservante y para realzar el color de las lonchas de charcutería y los embutidos como el beicon y las salchichas, el nitrato pueden estar relacionado con la pérdida de memoria y la falta de concentración.

Los nitratos pueden alterar las bacterias intestinales de tal manera que favorezcan el trastorno bipolar.

Además de evitar estos alimentos, los investigadores aconsejan hacer ejercicio físico para activar el sistema antiinflamatorio y antioxidante y ejercicios mentales. La gimnasia mental es esencial para evitar el deterioro de las relaciones sinápticas entre las neuronas pero acompañada de ejercicio físico y de una dieta adecuada. La gimnasia mental sin ejercicio físico no sirve de nada.