Ilusión y buen ambiente. De esa manera es mucho más fácil trabajar día a día y año a año. Así lo hacen en el Colegio Salgui. La máxima de la escuela es tratar de formar a las personas por encima de todo y no hay mejor excusa que a través del fútbol. De hecho, la evolución de la entidad demuestra que tanto en cuanto a resultados como en el aspecto institucional las cosas no podrían ir de mejor manera. Prueba de ello es su estabilidad. Cuarenta años disfrutando y haciendo disfrutar a los jugadores, familiares y aficionados que acuden a los partidos no es casualidad y todo ello lo consiguen gracias a la armonía que se respira.

Con diecisiete plantillas desde el querubín hasta el juvenil, los resultados además corresponden a las horas invertidas en la formación de los futbolistas. Ejemplo de ello es la intención de la directiva, que trata de orquestar a los entrenadores y mostrarles la manera con la que sus equipos deben jugar. Por ello, las reuniones periódicas con los mismos y las charlas para fomentar un consenso en la metodología son habituales, algo que hacen del Salgui un lugar idóneo para el desarrollo de los más jóvenes como futbolistas en todos los aspectos. En ese sentido y para ofrecer la mejor educación de este deporte, la entidad ha estudiado formas de trabajo de clubes de primera talla como el Valencia, Barcelona e incluso el Chelsea.

Indudablemente todo el trabajo y las horas invertidas en la metodología de trabajo suponen que eso tenga su resultado sobre el césped. En eso, el Colegio Salgui es otro de los mejores ejemplos de cómo jugar. Su estilo, de toque alegre y con la idea de disfrutar con el balón en los pies, permite a los futbolistas evolucionar con el cuero pegado a la bota y no corriendo detrás de él.

Con esa filosofía, la entidad ha conseguido que muchos de los jugadores que salen del club acaben teniendo dos cosas en común. La primera de ellas es un destino de altura y de nivel, gracias sobre todo a la formación adquirida. En segundo lugar está el buen recuerdo que guardan todos aquellos que visten la camiseta verdiblanca del Salgui. Un ejemplo de ello es Salva Ruiz, el lateral izquierdo del Valencia Mestalla, quien hace escasamente unos meses visitó el club para acercarse a los más jóvenes y contarles su experiencia en la entidad.