Los dos equipos pugnaron con más voluntad y sacrificio que capacidad para adelantarse en el marcador y sumar los tres puntos. El encuentro estuvo bloqueado, con pocas descargas en las áreas. Ambos optaron por tocar el balón, asumiendo riesgos desde el primer minuto. Ese factor condicionó que el devenir del partido se desarrollase en su gran parte en el centro del campo. En el primer tiempo, el respeto se apoderó del duelo, los dos conjuntos solo lograron emerger si penalizaba un traspié en la salida de balón. Así llegaron las ocasiones de gol más claras.

Tras la reanudación, los dos técnicos introdujeron cambios inmediatamente. Estos dieron un nuevo aire al Santos y disfrutaron de buenas oportunidades de marcar por mediación de Yuri primero y de Giovane más tarde. En ese momento el seleccionador marroquí, Madih Mustapha, ajustó tácticamente a los suyos. Desde ese momento, tan solo el balón parado produjo las ocasiones más peligrosas en ambas escuadras.

En los últimos minutos, los dos equipos, conscientes del poco tiempo, intentaron acercarse al área rival en tromba, aun así, ninguno se arrugó en el golpe a golpe. Tanto Marruecos como el Santos FC mantuvieron el pulso. Un tiempo de arrebato no bastó ni a africanos ni a sudamericanos y al final, ambos tuvieron que conformarse con el reparto de puntos en el primer duelo del Grupo B.