Lo que hoy es un documento firmado vía fax por José Rabade y Jesús Serna, mañana se elevará ante notario. Un trámite protocolario para la cesión de la mayoría accionarial en el régimen de autocartera. Ese es el deseo de los administradores concursales. Así lo tienen fijado en sus agendas. Un paso atrás es casi un imposible puesto que sobre el Consejo de Administración planea la amenaza judicial de emprender medidas cautelares, que se podrían recrudecer hasta el embargo de bienes personales. Luego tocará sentarse de nuevo con Pedro Villarroel y evitar, con o sin compensación económica, que ejerza esa opción de recompra por un euro.

Todas las partes confían en superar de inmediato esta barrera con el ex presidente, aunque aún habrán más conversaciones, sobre todo entre los concursales y el abogado de Villarroel, para dar así entrada a ese grupo de empresarios levantinistas y valencianos interesados en adquirir el paquete predominante de las 93.264 acciones que tendrá el club en su poder a todos los efectos tras el paso por notaría. Nombres muchos, pero aún está por definir quienes son los que estarían dispuestos a desembolsar una cantidad de seis o siete millones de euros, si es posible en un plazo de dos o tres meses. Una cantidad suficiente para aglutinar junto a los títulos ahora propiedad de los minoritarios el 51 por ciento con el que tendrían la mayoría.

Los administradores han optado por no pronunciarse en público sobre su plan, y se amparan en la prudencia. Pero sí que están alerta, esperando la reacción de los que, en privado, aseguran estar dispuestos a echar un cable. Los contactos son habituales y la disposición parece que es absoluta. El movimiento definitivo se producirá con el ´jaque mate´ a Pedro Villarroel. La lógica, de momento, es la espera por temor a otro cambio accionarial de chiste. Vicente Andreu, Mariano Durán y Celestino Aparicio siguen cumpliendo etapas de su hoja de ruta. Ahora con la incertidumbre del peaje para evitar la recompra de Cofiser, el verdadero recelo de todos. ¿Millones o ´métodos de presión´? Todo apunta a que al final Pedro rascará algo menos de dos ´kilos´, con la variante de un posible pellizco de la recalificación, para aclarar el panorama y evitar jaleos —la acción de reintegración juega a favor del Levante en esta negociación— que puedan poner en peligro su patrimonio. Le tocará renunciar a un buen pico de las distintas clausulas que firmó entre demasiados vaivenes accionariales. Salvo que Villarroel ejecute su cláusula, el poder pasará a los minoritarios.