El Levante sentó las bases del futuro de Álex Geijo el pasado 17 de junio en Madrid. Fue en una reunión con su agente, Álvaro Torres, que se celebró a propuesta del club y en la que participaron Quico Catalán y Manolo Salvador. Una desveladora cumbre a tres bandas que los protagonistas mantuvieron en secreto, y que de hecho se niegan a reconocer, pero que aprovechando la coincidencia de Catalán y Salvador en la capital de España para cerrar la cesión de Pallardó y la de Torres, procedente de Sevilla, se produjo sin generar ninguna sospecha.

El telón de fondo del encuentro es que la entidad granota no quiere malvender a Geijo y aún menos darle la carta de libertad, como ha llegado a insinuar su agente, ya que en estos momentos lo considera el mejor activo de la plantilla. Por eso, si durante el verano no se concreta una oferta de traspaso acorde a sus intereses está dispuesto a volver a asumir su desorbitado sueldo y esperar una oportunidad mejor para hacer caja en el mercado de enero. Este es el panorama, por tanto, que tras airear su voluntad de hacer un esfuerzo para ficharlo se le presenta al Hércules, el primer club que ha llamado a las puertas del Ciutat.

La estrategia del Levante se basa en lo ocurrido el pasado invierno, cuando varios clubes, entre ellos el Espanyol, deslizaron diversas propuestas que rondaban los cuatro millones, más del triple que las que se habían manejado durante el verano en la escabrosa negociación con la Real Sociedad. De no haber sido por el despropósito de López Lara, con el traspaso se habría cubierto el déficit y fichado en su lugar a Natalio, que acabó en el Córdoba y que está volviendo a sonar.

La lesión que lo mantiene alejado de los terrenos de juego desde el inicio de la segunda vuelta, y tras la que aún no ha vuelto a jugar, y su ficha ´milloneurista´ juegan en contra de venderlo tirando por lo alto. De ahí que técnicos y club contemplen la alternativa de esperar.

La segunda cumbre sobre Geijo

Semanas atrás Torres se había citado con la administración judicial y el director deportivo en Valencia, aunque sin la presencia de Catalán, que aún no era el director general. Las partes se emplazaron a retomar el asunto en verano, pero aquel día ya quedaron claras las posturas: Vicente Andreu dijo que en términos económicos lo mejor era hacer caja con un traspaso, aunque la última palabra sería de los técnicos, que sí cuentan con él, mientras que el representante replicó que si tenía que buscarle una salida a Álex, que prefiere cumplir su contrato, lo más justo sería darle la carta de libertad.