Llegará lejos Vicente del Bosque. Llegará muy lejos. Sabe manejarse el seleccionador español. Ayer, en Mérida, con la clasificación para el Mundial de Sudáfrica en el bolsillo decidió hacer cambios respecto del once que maravilló hace unos días ante Bélgica en A Coruña. Del once inicial salieron dos del Real Madrid y dos del Barcelona —concretamente Arbeloa y Xabi Alonso por los blancos, y Puyol y Busquets por parte de los catalanes—. Del Valencia no solo repitieron Villa y Silva, además fue titular Carlos Marchena. Es diplomático el seleccionador, pero pasa que todos los equipos se la juegan este fin de semana en la Liga... Es demasiado diplomático.

Más allá de ejercicios de Cancillería barata, en lo futbolístico lo cierto es que España fue muy superior a su rival, que aunque pobre en el juego, tuvo descaro para buscar el gol. Su problema fue que solo tuvo eso, descaro. Los de Del Bosque también se atrevieron y a otro nivel, claro está, pero Fernando Torres —ese que el poder mediático establecido jamás discute— tenía la mirilla mirando para Cuenca, y eso en tierras extremeñas significa ni más ni menos que en el primer tiempo lo falló todo. Pero todo, todo, todo... Y eso también, que una vez Cesc se entendió con Silva y abrió el marcador, la Roja se empeñó en hacerlo más fácil para el rematador, más bonito para el espectador, pero casi imposible para el marcador. Entrar siempre hasta la cocina, aunque el rival sea Estonia, es complicado. Bueno, lo complicado es marcar cuando ni Torres ni Villa tienen el día, porque lo de penetrar hasta el área, Xavi, Cesc, Silva, Villa y compañía lo hacían con la gorra roja. Los estonios las venían venir y pocos más. Bastante hacían. Un paseo por el Romano de Mérida.

En el segundo tiempo no fue lo mismo, porque La Roja bajó el pistón considerablemente, y porque a Villa ya se le nota que no termina de molarle eso del 4-3-3, ese sistema que le permite Del Bosque meter más gente de toque en el centro del campo sin tener que renunciar ni a Villa, ni a Torres. Y todo porque con el 4-5-1 no se atreve. Ahí tiene que elegir entre el Guaje o el Niño.

La guinda de Mata

Pero flotaba en el ambiente que a pesar de la victoria, a pesar de la clasificación matemática —situación que estaba más que cantada y de la que solo cabía esperar que fuera una cuestión matemática como ya es— y a pesar del segundo gol de España que había hecho Cazorla, faltaba algo. Sí, faltaba Mata. El valencianista controló perfectamente y con la zurda un centro largo al área de Cazorla, se la acomodó y le pegó seco al palo corto. Golazo de Mata. El partido ya podía acabar. Ese gol de Mata, y el sutil toque de Silva con el exterior para que Cesc abriera el marcador, lo mejor. Ahora, la Liga.

- Ficha técnica:

3 - ESPAÑA: Iker Casillas; Raúl Albiol, Piqué, Marchena, Capdevila; Senna, Xavi, Cesc; Silva (Mata, m.78), Villa (Cazorla, m.66) y Fernando Torres (Guiza, m.57).

0 - ESTONIA: Pareiko; Sisov (Jääger, m.64), Rähn, Piiroja, Klavan; Zenjov (Voskoboinikov, m.46), Vunk, Vassiljev, Kruglov; Kink (Lindpere, m.71) y Opper.

Goles: 1-0, m.33: Cesc. 2-0, m.82: Cazorla. 3-0, m.90: Mata.

Árbitro: Oleg Oriekhov (UKR). Mostró cartulinas amarillas a Piiroja (15), Vassiljev (51) y Rähn (53) por Estonia.

Incidencias: encuentro de clasificación al Mundial 2010, correspondiente al Grupo 5, disputado en el estadio Romano, lleno, con 15.000 espectadores en la grada.