Con la temporada empezada resulta extraño un fin de semana sin actividad deportiva. Es lo que tiene ser de Primera y que los compromisos internacionales afecten en el calendario. Aunque el único deseo tras el revés inicial era que el partido ante el ´Geta´ llegara cuanto antes, el vestuario ha aprovechado para corregir errores y recargar pilas. No hay Liga, pero Luis García es exigente y no pierde el tiempo. Intensidad, atención y mucha concentración son los tres pilares del reciclaje. En la élite, el Levante es el modesto y cualquier despiste se paga caro, como así pasó ante el Sevilla. Ayer no dudó en reprender a sus jugadores cuando se dedicaban a protestar... olvidándose del balón. Pero no todo es mano dura. La última sesión de la semana acabó con un ´pique´ de lanzamientos desde fuera del área. En parejas, y con orden, iban bombardeando a Gustavo Munúa y Manolo Reina. Rubén Suárez y Del Horno se exhibieron. Sergio González generó muchas carcajadas por su desacierto. El ex deportivista se lo tomó de muy buen humor. «Hay que ir con la cabeza alta y una sonrisa», afirmó. El catalán salió pitando de Buñol, con maleta en mano, ya que tenía que tomar un vuelo. No fue el único que lo hizo.

La primera plantilla completó ayer la sexta y última sesión de trabajo de una semana atípica, pero vital para poner en órbita a las múltiples incorporaciones. Los futbolistas gozarán de dos días de descanso para retomar los entrenamientos el próximo lunes 6 de septiembre a partir de las 18 horas en las instalaciones de Buñol. Luis García desarrolló ayer un entrenamiento eminentemente táctico sobre el césped. El preparador insistió en los movimientos de desplazamiento y circulación del esférico. Como suele ser una norma inquebrantable, el técnico siguió con especial atención la evolución de la sesión. Felipe Caicedo se tuvo que retirar con antelación sobre el resto del grupo por unas molestas ampollas generadas por el calzado. También le pasó a Valdo, que sí que acabó los partidillos de diez contra diez. Miguel Pérez fue la cruz del entrenamiento ya que no se ejercitó por las habituales molestias en el gemelo, mientras que Juanlu realizó carrera continua durante unos minutos antes de recibir tratamiento específico de fisioterapia. Iborra no pisó el verde de Buñol por sus dolencias en el talón de Aquiles, mientras que Xisco Nadal dio un paso adelante.