Matilla es la opción que al Levante más le gusta y le cuadra para el eje de la medular pero todo apunta a que al le van a salir demasiados competidores por el centrocampista del Villarreal... aunque el club granota esperará hasta última hora para jugar sus bazas si el mercado no le ofrece otra ´bicoca´. En el caso de que finalmente el club amarillo opte por dejarle salir en el mercado invernal, de momento el Udinese italiano le quiere pero en propiedad —y el Villarreal piensa tan solo en una cesión—. Por otra parte quien más interés ha mostrado de Segunda División para hacerse con sus servicios es el Cartagena si bien la entidad que preside Fernando Roig, para cederlo a un equipo de Segunda, lo bajaría antes a su filial. Ante tal tesitura, pese a lo dificultoso de la operación —también tiene un salario que se sale de lo que puede pagar el Levante—, la entidad granota está dispuesta a esperar para jugar sus bazas.

El Levante, pese a no tener apenas dinero y tener todas las fichas cubiertas, ya se las ha ingeniado para traer a Wellington cedido pagando una cantidad irrisoria de su salario y dejándole la ficha de Miguel Pérez... y pese a ello piensa en traer otro jugador más o incluso, dos. Los dos problemas con los que se encuentra la entidad en estos momentos son el anteriormente mencionados del dinero y el número de fichas y eso en gran medida hace que la estrategia principal que se haya trazado el club sea la de volver a buscar una cesión al igual que en el caso de Wellington en la que el grueso del salario siga corriendo a cargo del club propietario del futbolista —así se intentaría hacer con el centrocampista de Quero, Toledo—.

Prioritario que sea cedido

Si no se consiguiese una cesión tendría que salir obligatoriamente algún futbolista de la actual plantilla granota ya sea como traspasado o como cedido que, al margen de dejar una ficha vacante, permitiese ahorrarse un dinero que sería lo que se emplearía para pagar el sueldo del refuerzo. Si por contra se consiguiese la cesión a bajo coste tan solo quedaría plantearle a otro futbolista —y aquí todo apunta a Gorka— el dejarle sin licencia si bien lo deseable sería que el jugador en cuestión encontrase acomodo deportivo fuera de la entidad porque, al tener todos el alta médica —el único que queda lesionado es Nacho y no se le va a dar la baja—, el club podría verse implicado en un contencioso si el elegido se opone.