Desde que la Ley Concursal entrara en vigor el 1 de septiembre de 2004, una gran cantidad de equipos se han acogido a ella con el fin de resolver sus problemas económicos y evitar la desaparición de la institución. De las 32 entidades que han entrado en el concurso de acreedores en toda Europa, 31 han sido de la Liga española.

El fútbol español pasa por uno de sus mejores momentos a nivel deportivo, pero no ocurre lo mismo en el plano económico. Es por eso que, debido a la difícil situación financiera que viven, muchos de ellos no pueden hacer frente a las deudas contraídas con sus acreedores. Así, para evitar la desaparición de la entidad, cada vez son más los clubes que ven como única salida acogerse, de forma voluntaria o no, al concurso de acreedores y así garantizar la continuidad del club y permitir el saneamiento de sus cuentas.

El último en hacerlo ha sido el Racing de Santander. Todo parecía ir sobre ruedas cuando su propietario, el empresario indio Ahsan Alí Syed, aterrizó en Santander. Pero, tras su espantada fugaz, el club cántabro no ha tenido más remedio que abrazarse a esta ley debido a sus problemas para acceder al crédito. Esta es la única manera que tiene para poder hacer frente a su deuda millonaria y solventar los pagos con sus empleados. Y le permitirá evitar la multiplicidad de procesos judiciales que los acreedores puedan iniciar para reclamar sus deudas.

Junto a él, otros equipos de la Liga BBVA como el Mallorca y el Real Zaragoza, y los recién ascendidos Real Betis, Granada y Rayo Vallecano, también se encuentran sumergidos en este proceso administrativo. Es decir, la máxima categoría del fútbol español iniciará la próxima temporada con más de la mitad de los equipos sumergidos en un concurso de acreedores.

Mientras, los conjuntos intervenidos en la categoría de plata son Xerez, Recreativo, Córdoba, junto al Hércules, que estaba en preconcurso hasta el pasado jueves que fue cuando el juez dio luz verde, por tercera vez en su historia reciente, a que la entidad alicantina entrase en esta situación como paso imprescindible para asegurar su saneamiento económico por vía judicial. Además de estos clubes, ya han superado en Primera la Ley Concursal el ahora ´todopoderoso´ Málaga del jeque Abdullah Bin-Nasser Al-Thani y de Pellegrini, el Levante de los milagros, el Sporting de Preciado y la Real Sociedad; mientras que en la categoría de plata ya lo han conseguido Celta, Las Palmas y Murcia. Además del Albacete recién descendido a Segunda División B.

En total, 22 conjuntos de las principales divisiones del fútbol español se encuentran en una situación límite, una circunstancia extensible a la mayoría de los clubes, a excepción de Real Madrid y Barcelona, que tienen suficientes recursos financieros para sostener sus deudas sin necesidad de acudir a estos procesos administrativos debido, en parte, a que no son Sociedades Anónimas deportivas.

Modificación de la Ley

La legislación deportiva establece que un equipo con deudas debe bajar automáticamente de categoría; sin embargo, al utilizar como salvavidas la Ley Concursal, las instituciones regatean el descenso administrativo a través de esta vía, una circunstancia que empieza a estar mal vista por las autoridades españolas —lo normal es que reduzcan a la mitad sus deudas tras negociar la ´quita´ y el aplazamiento de pagos con el consiguiente perjuicio para los acreedores que tienen—.

Tal y como dicta la ley, el juez no tiene motivos para aplicar una sanción que pueda ser un problema para la solvencia de la entidad en cuestión. Por este motivo, y para acabar con una mala utilización de la famosa ley, se barajan diferentes medidas para evitar el hundimiento del fútbol. Entre ellas destacan un mejor reparto de los ingresos televisivos y, sobre todo, la modificación de la ley para poder penalizar a todos aquellos equipos que entren en el concurso de acreedores. De hecho, el Consejo de Deportes (CSD) ya ha introducido un cambio que está pendiente de ser aprobado en el Congreso de los Diputados. Esta medida consistiría en que todo club que se acoja, voluntariamente o no, al procedimiento concursal pueda ser penalizado por la vía deportiva, permitiendo de tal manera el descenso de la categoría.

De ser aprobada, la medida entraría en vigor en el verano del próximo año, de manera que a una gran cantidad de equipos se les acabaría el chollo de hacer una «utilización perversa» (según Albert Soler, secretario de Estado para el Deporte) de este mecanismo puesto que, muchos de ellos, se acogen a esta medida como una forma viable de sanear sus cuentas para resistir. Si finalmente el Congreso de los Diputados aprueba esta modificación, en las próximas temporadas el número de clubes intervenidos puede desbordarse y el mundo del fútbol cambiará para siempre.