Aziz Yildirim, presidente del Fenerbahçe, el más exitoso club de fútbol turco, ha insinuado, durante el juicio al que está sometido por sospechas de fraude, que los amaños de partidos alcanzaron también a equipos rivales, como el Galatasaray o el Trabzonspor, hasta ahora "limpios".

El juicio continúa hoy, por tercer día consecutivo, en Silivri, en la periferia occidental de Estambul, donde se halla la prisión en la que Yildirim y otros 30 acusados aguardan en prisión preventiva.

La lectura de las 400 páginas del escrito de acusación se interrumpió sólo ocasionalmente por diálogos entre el juez y los sospechosos, como cuando el magistrado felicitó hoy al acusado Tayfur Havutcu, antiguo entrenador del Besiktas, por la victoria de este equipo contra el Braga ayer (0-2).

Aziz Yildirim, el acusado más conocido del caso, volvió a emplazar hoy a sus seguidores que acudan el martes al Palacio de Justicia, en el barrio céntrico de Çaglayan, donde iniciará su defensa.

"Allí hablaré y me escucharéis. Mi defensa os sorprenderá a todos", aseguró Yildirim, recogió la emisora turca CNNTürk.

El presidente del Fenerbahçe sugirió que los jueces deberían escudriñar también los partidos del año pasado Galatasaray- Trabzonspor y Besiktas-Trabzonspor, que por ahora parecen haberse librado de las acusaciones de amaños.

"¿Por qué no miran estos partidos?" preguntó Yildirim, insinuando que también podría haber irregularidades.

Insistió en que el polémico juicio contra 93 personas del entorno futbolístico, entre ellos 14 jugadores de 8 equipos, no sólo se intenta acabar con las manipulaciones, sino que "hay más detrás".

No quiso responder a la pregunta de si se refería a intereses políticos, pero sugirió a los periodistas "trabajar un poco, investigar y buscar", según CNNTürk.

Subrayó además lo extraño que resulta el que algunas de las personas en el escrito de acusación consten como "de domicilio desconocido". "¿Por qué no los encuentran?" preguntó.

Los seguidores del Fenerbahçe esperan ahora posibles revelaciones de Yildirim, prometidas para el martes, en un caso que ha provocado muchos debates en el Parlamento y ha creado tensiones entre el presidente de Turquía, Abdullah Gül, y su partido, el AKP.