Hay mal ambiente en el vestuario del Chelsea y el culpable podría ser el mismísimo Jose Mourinho. El presidente del Oporto, Jorge Nuno Pinto da Costa, así lo ha declarado al periódico italiano ´La Gazzetta dello Sport´. El directivo portugués ha acusado al técnico del Real Madrid de entrometerse en el trabajo de André Villas-Boas en el vestuario ´blue´ a través de conversaciones con los que fueron sus jugadores.

Pinto da Costa culpa a Mou de comunicarse con sus exjugadores a través de mensajes de móvil y, de esta forma, pone trabas al trabajo del actual entrenador del Chelsea, que el sábado ya declaró que ve «normal» que algunos jugadores no respalden al entrenador, debido a los últimos resultados del conjunto de Stamford Bridge. «Villas-Boas tendrá éxito en el Chelsea porque su contrato no es sólo por un año. Se necesita tiempo para construir tu propio equipo y no lo podrá hacer mientras haya jugadores, como he oído, que intercambian mensajes con Mourinho. Y Abramovich lo sabe», dijo el máximo mandatario del Oporto, en referencia a la situación de Villas-Boas.

Mourinho no se conforma con tener que enfrentarse día a día a un vestuario complicado, como es el del Madrid, sino que también le gusta entrometerse y malmeter en el de otros equipos. No deja a nadie indiferente y crea la polémica allí por donde pasa. De hecho, el propio Pinto da Costa cree que los problemas que Villas-Boas está teniendo en el Chelsea vienen, de alguna forma, causados por Mou. El joven técnico portugués declaró ayer que sus jugadores «no tienen que respaldar mi proyecto. Es el dueño quien lo respalda». No obstante, como declara el presidente del Oporto al rotativo italiano, el ´dueño´ de los blues conoce ya las malas artes de Mourinho y apoya, hasta el momento, a André Villas-Boas. Aunque según el mandatario luso, Mou no lo haría con la intención de regresar al Chelsea, sino simplemente de complicarle el trabajo a sus sucesores.

De hecho, esta no es la primera vez que el técnico portugués se mete en el trabajo de sus sucesores. Ya le sucedió con el israelí Avran Grant, en 2007 —también en el Chelsea— y en 2010, cuando Rafa Benítez se ocupó del Inter de Milán. Al primero lo acusó de «perdedor» cuando consiguió poner al Chelsea en la final de la Liga de Campeones. Mientras tanto, con el técnico español tuvo diversos rifirrafes cuando Mou confesó que la Intercontinental que había conquistado el Inter era más suya que de Benítez.

Con estos antecedentes, parece obvio que la imagen de Mourinho se deteriora con el paso del tiempo: el ojo en el dedo de Tito Vilanova, las acusaciones entre Guardiola y el propio técnico del Madrid, las siempre polémicas ruedas de prensa, y ahora, su intromisión en el vestuario y el trabajo de su exequipo.