El entrenador del Real Zaragoza, Manolo Jiménez, se ratificó sobre las afirmaciones que hizo en su comparecencia el pasado sábado tras la goleada que encajó su equipo ante el Málaga que cerró, sin aceptar preguntas, con un doble "siento vergüenza". "Sentía vergüenza por lo que pasó a partir del minuto 63 y la sigo sintiendo, pero si hubiese hecho una rueda de prensa normal hubiese explotado y ahora no me arrepiento de hacer lo que hice aunque siento haber dado pie a especulaciones", afirmó tras la primera sesión de entrenamiento de la semana en la Ciudad Deportiva.

Lo único que matizó sobre "la vergüenza" que sintió es que era extensiva para todos los que componen el Real Zaragoza, incluido él mismo.

No obstante, el técnico sevillano arrancó su inhabitual comparecencia pidiendo "primero disculpas" por no haber dado a la afición sus impresiones de lo que ocurrió en el partido y también a los periodistas por "no facilitar la labor".

A sus jugadores afirmó que está "cansado" de decirles que de los barcos que se hunden los primeros que saltan son "las ratas, los cobardes y los que no sienten nada" y su objetivo es "salvar la imagen del Real Zaragoza" a la vez que aclaraba que "no hablo de salvarse".

Jiménez reconoció que sin ser un entrenador con una experiencia dilatada está "curtido" tras haber pasado por el Sevilla en el que "se exige el máximo" y el AEK de Atenas en el que cada año quieren "títulos" y ahora está en un "equipo histórico que se merece respeto".

También puntualizó que su intención no es marcharse "tanto por educación personal como deportiva, y solo me iría si la aptitud que se vio tras el minuto 63 se repite o me exigiesen que no cuento con los jugadores que tengo que contar". "Si no cala el mensaje que les transmito o se van ellos o me voy yo, y si cala que me lo demuestren", subrayó.

Sobre el respaldo que le están ofreciendo los máximos responsables del club reconoció que ha hablado desde el pasado fin de semana cada pocas horas con el director deportivo, Antonio Prieto, pero "el apoyo y el ánimo me lo tengo que buscar yo con fe y constancia".

El de Arahal insistió en que se siente "capacitado para decir por encima de un contrato lo que siento y lo diré", aunque "no soy más profesional que nadie ni más zaragocista que nadie". "No necesito que me apoye nadie, quiero apoyar al Real Zaragoza y que si cae lo haga con dignidad", dijo.

Asimismo aseguró no sentirse engañado por las promesas que le hizo Agapito Iglesias antes de vincularse al club. "A mi nadie me engaña, no me arrepiento de haber venido porque me ha hecho crecer como entrenador, he conocido gente muy válida y creo en la honestidad de la personas, pero nadie va a limitar mi libertad ni con lo que debo decir o con lo que tengo que hacer".

Al respecto del futuro que le aguarda al club aragonés comentó que "no es de ayer que el Real Zaragoza tenga los mimbres que tiene" y señaló que la entidad "está mal institucionalmente en todos los aspectos".

Sobre la posibilidad de empezar a contar con jugadores de los equipos inferiores pensando en el futuro dijo: "veo todos los partidos del filial y ojalá fuese la solución".

De los jugadores que habitualmente están trabajando con la primera plantilla afirmó que "están entrenado para poder ayudar y no dudo que jugarán".

Jiménez resaltó que tiene claro cómo se debería trabajar con el filial pero "la estructura de un club no se mide por estar último, es una filosofía y una meta y habría que preguntarse desde cuando se ha perdido ese norte".