El descenso del Villarreal a Segunda División, tras perder por 0-1 ante el Atlético de Madrid, provocó que algo más de un centenar de aficionados increparan a los futbolistas en los aledaños del campo de El Madrigal, así como en la zona de salida de los automóviles de los jugadores.

A la conclusión del encuentro, algo más de un centenar de seguidores del Villarreal llamó "mercenarios", entre otros insultos a los futbolistas de su equipo, y posteriormente se dirigieron unos veinticinco de ellos a la zona de salida de los coches de los jugadores.

Allí, con una gran presencia policial, se produjeron algunas carreras entre la policía y los seguidores del equipo, aunque el asunto no fue a mayores, si bien los jugadores salieron más tarde en medio de un cordón policial.

Por contra, tanto el presidente del club, Fernando Roig como, posteriormente, el vicepresidente, Jose Manuel Llaneza, salieron por su propio pie del estadio y fueron vitoreados por los aficionados que aún permanecían frente al estadio, quienes les animaron, mientras que Llaneza les hacía gestos de que volverían a Primera.

El propio Llaneza protagonizó en la zona de vestuarios una discusión con el jugador del Atlético de Madrid el uruguayo Diego Godín, ex futbolista del Villarreal, al que le dijo "que en el fútbol había que tener memoria" y cuando éste le contestó que sí la tenía, le increpó por sus salidas nocturnas en la época en la que militó en el equipo castellonense.