Quique Hernández, entrenador del Hércules, ha afirmado que su equipo es consciente de que hasta el momento está haciendo "el ridículo" y confió en que sea capaz de mejorar sus prestaciones para salir de la zona de descenso que ocupa.

Hernández está "seguro" de que el Hércules saldrá de la zona baja de la clasificación, pero admitió que, a día de hoy, solo puede "ofrecer palabras" porque cuenta con buenos jugadores "pero no con un bloque".

En este sentido, aseveró que la situación del Hércules "tiene solución", entre otras cosas porque no se ha situado colista "por mala suerte o una mala racha" sino por errores propios, por fallos en "cuestiones tácticas muy elementales".

"Ahora estamos transmitiendo pocas cosas y nos pueden dar por muertos, pero no es así. Estamos heridos de muerte, pero podemos salir porque queda mucha liga", manifestó el técnico de Anna, quien no quiere que las numerosas bajas que arrastra el equipo sean una excusa, ya que recordó que el Hércules ganó en Sabadell también con muchas ausencias.

De hecho, no quiso pararse tampoco a lamentar la lesión del delantero Braulio Nóbrega, quien pasará con casi toda seguridad por quirófano y se perderá unos tres meses de competición por una recaída en una lesión muscular. "Las cosas son como son y es una tontería perder el tiempo lamentándote", dijo el técnico.

Respecto al partido ante el Córdoba, defendió que es la primera oportunidad que tienen "para intentar iniciar la remontada" ya que considera que "cada partido es una ocasión para empezar un camino nuevo" e insistió en que está seguro de que cuando llegue un resultado positivo los futbolistas "se van a liberar".

Para el partido ante el conjunto cordobés, del que dijo que es "muy buen equipo, en buen momento, que despliega un buen fútbol y con un sistema muy trabajado", Quique Hernández se ha visto obligado a convocar a los canteranos Carbonell, Guille Smitarello y Álvaro Clausí, ante las bajas que arrastra el equipo entre lesionados y sancionados.