El balompié a veces es inexplicable... o tan sencillamente explicable que basta con decir que en este deporte lo que vale es el acierto. Aquí no se gana a los puntos como en el boxeo y ayer, aunque Huracán hizo más méritos para ganar, acabó perdiendo ante un rival que aprovechó las suyas. Dos disparos ilerdenses y dos tantos. Primera desilusión.

Tan caprichoso es el fútbol que tras unos minutos iniciales en los que Huracán acarició el gol hasta en tres ocasiones, fue el Lleida quien se adelantó en el marcador en un saque de banda tras aprovechar una mala decisión defensiva rojiblanca y un excelente voleón de Osado. El 0-1, más que un jarro de agua fría, fue como un bofetón a mano abierta.

En la reanudación el panorama tampoco cambió en exceso y las ocasiones no fueron aprovechadas por los locales. El Lleida tenía claro que debía defender su renta mientras Emer quemaba sus naves dando entrada a Agudo que reaparecía tras cinco meses y medio de lesión. Huracán quiso, pero no supo meterle mano a un rival ordenado y Chamorro a la contra hizo el 0-2 en el descuento con Amarilla ya a lo Alexanko...