El fútbol español sigue consternado por el fallecimiento del aficionado ultra del Deportivo de la Coruña a manos de seguidores radicales del Atlético de Madrid el pasado domingo en los aledaños del Vicente Calderón. La trágica noticia ha sacudido los cimientos del balompié nacional, pero puede haber servido para que, de una vez por todas, los actores principales de este deporte en España se decidan a luchar de verdad contra los violentos. Grupos radicales, la mayoría con ideologías políticas extremas, que se esconden bajo la protección del resto de aficionados al fútbol para enfrentarse entre sí en batallas campales muchos fines de semana. Al menos, eso es lo que se desprende de las reacciones surgidas de los diferentes organismos que rigen el deporte rey en España -salvo excepciones como Enrique Cerezo o Gil Marín que echan balones fuera y Ángel María Villar que guarda silencio-, aunque será el tiempo quien diga finalmente si de verdad se ataca el problema desde su raíz y con responsabilidad, o todo se queda en agua de borrajas como en ocasiones anteriores.

Tras un domingo lleno de confusión e indignación, a primera hora de la mañana de ayer se reunió con carácter de urgencia la Comisión Antiviolencia junto con responsables tanto del Atlético de Madrid como del Deportivo de la Coruña. A la finalización de la misma Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte, especificó las diferentes propuestas allí expuestas, «fundamentalmente por parte de la LFP». Cardenal insistió en que «Va a haber un antes y después en el fútbol y lo van a comprobar pronto. Se nos ha propuesto elaborar un listado de los grupos ultras para expulsarlos de los estadios y ponernos un plazo de tiempo para llevarlo a cabo. Las propuestas las han trasladado los mismos clubes y no tienen ninguna duda de que se van a conseguir», dijo el Secretario de Estado para el Deporte, a quien el presidente de la LFP, Javier Tebas, secundó con la frase más contundente del día. «Es el fin de los ultras», dijo el polémico directivo.

Las pesquisas continúan

Mientras circulan multitud de versiones contradictorias sobre lo que sucedió el domingo y si ambos grupos de ultras habían quedado previamente o no, la Policía continúa con la investigación y no descarta más detenciones, al margen de las 21 que se produjeron el domingo. Según los agentes, no hubo quedada como tal, aunque sí se sabía de una concentración del Frente Atlético antes del partido y del viaje de, al menos, un autobús de radicales desde A Coruña. Pese a ello, el partido fue declarado de bajo riesgo.

La autopsia que le fue practicada ayer reveló que la muerte se produjo por un fuerte impacto en la cabeza y por el estallido del bazo, y no a causa de un ahogamiento como se pensó en un inicio. A la espera del traslado del cuerpo rumbo a Galicia en el día de hoy, varios amigos visitaron ayer a la víctima, que tenía antecedentes por peleas, malos tratos, tráfico de estupefacientes o varios robos, algunos de ellos con violencia e intimidación.

En Europa se lleva tiempo combatiendo esta lacra

El fútbol español lleva años sufriendo en silencio a los grupos ultras y radicales. Sin embargo, parece que la muerte de Francisco Javier Romero Taboada ‘Jimmy’ puede suponer un antes y un después en la lucha contra esta lacra. De ser así, los dirigentes del balompié nacional deberán estudiar a conciencia las medidas que ya desde hace tiempo se implantaron en distintos países de Europa, donde la magnitud del problema era mayor que en España, pero donde también decidieron ponerle freno antes.

Inglaterra puede ser el mejor ejemplo. En los años 80 y 90 los ‘hooligans’ campaban a sus anchas, pero a día de hoy es casi imposible oir sobre un altercado entre violentos en el entorno de un partido de la Premier League. Entre las medidas que se promovieron para poner fin a este problema, se endurecieron las sanciones y el periodo de prohibición de entrada a recintos deportivos para aquellos implicados en este tipo de peleas, mientras que se aumentó la dotación policial para los partidos de alto riesgo y se comenzó un control mucho más estricto de los miembros de estos grupos. Alemania, Francia, Italia u Holanda, cuatro de las Ligas más importantes de Europa, también tienen medidas ejemplares en este sentido, por lo que ya es hora que en España entren en vigor.