Los clubes y la delegaciones de peñas ya tienen el Código de Antiviolencia e Integridad en el fútbol, recogido en la Ley 19/2007. A partir del lunes las nuevas normas de la Liga de Fútbol Profesional entran en vigor y todas las partes han de estar preparadas para la que se les viene encima. Unos, para controlar las gradas de animación de los estadios; los otros, para saber qué pueden cantar y qué no; y los últimos, para sancionar a todos los que incumplan las nuevas normas.

Los representantes de seguridad de los clubes de Primera y los presidentes de las Federaciones de Peñas fueron citados por Javier Tebas en Madrid para explicarles cómo se actuará a partir de ahora con las aficiones, como las gradas de animación y con los clubes, en general. Luis Cervera, director general, y Julián Suescun, director de seguridad del Valencia, representaron a los blanquinegros en la reunión. Mientras que por parte del Levante fueron Juan Antonio Sánchez, director de seguridad, y Vicente Cosido, como presidente de la delegación de peñas. A todos ellos les acompañó Salvador Andreo, coordinador de seguridad de la Policía en València. Se les precisó a todos los estamentos cómo se deberá actuar si hay acciones violentas dentro del estadio y qué medidas habrá que tomar, como la instalación de cámaras en las gradas de animación y la de detectores de huellas dactilares en las bocas de entrada. Además, en los partidos de alto riesgo, se ha propuesto que las entradas sean nominales e incluso que no se organicen viajes oficiales en determinadas ocasiones.

Quienes se ven más afectados por la mayoría de estas medidas son los «aficionados buenos», como les llama Tebas. Por eso ayer, más allá de los formalismos, se escuchó su opinión. Los representantes de los hinchas dieron su punto de vista respecto a las nuevas medidas e incidieron en la violencia en la mayoría de ocasiones no se produce dentro del estadios sino en sus alrededores. Como sucedió en la noche del miércoles en Barcelona, en las cercanías al Camp Nou, donde dos aficionados del PSG fueron apuñalados por, según los Mossos, «aficionados azulgranas radicales y violentos». También pidieron que se les dijera dónde está el límite entre los insultos verbales violentos y no violentos. Tebas explicó al respecto que no se condenará el escarnio espontáneo, sino los gritos orquestados.

En el centro de la diana tanto de la LFP como de los clubes están los aficionados que «agreden, insultan, menosprecian y no toleran». Será contra los primeros que se actuará y para ello tanto la Policía como la Liga han pedido la máxima colaboración a los clubes, para lo que se podrían hacer excepciones en la ley de protección de datos.