Huracán despidió ayer 2014 en competición con un agridulce empate que le permite acabar el ejercicio en la cuarta posición y por tanto, dentro de su objetivo. El conjunto dirigido por Seligrat jugó casi medio partido en superioridad numérica, pero fue incapaz de marcar un segundo gol que le diese el triunfo. ¿Sumó un punto o perdió dos? La clasificación, a final de temporada, será quien dé la respuesta a esa pregunta.

El primer acto del choque fue parejo como se presumía entre dos equipos que compiten bien y sin miramientos, aunque a decir verdad quizás l'Hospi en acciones puntuales dio la sensación de elaborar un fútbol un poco más vistoso, de más quilates, si bien Huracán se mostró tan férreo y rocoso como en él es habitual. En términos pugilísticos, si se hubiese tenido que decidir a los puntos, quizás los locales golpearon más... pero como sucede en ocasiones en el mundo del noble arte del cuadrilátero probablemente no habría habido unanimidad entre los jueces. Todo fueron tímidas aproximaciones hasta que Ruiz en el 35' metió un centrochut que se paseó por la línea de meta de Craviotto y apenas un minuto más tarde Canario tampoco aprovechó una clara llegada visitante en la que cruzó en exceso el esférico ante Paco con pierna izquierda en posición escorada.

Seligrat, con el equipo aún mermado en las alas, volvió a formar de inicio con dos atacantes de banda que no son tal como Rubio y Javi Boix y eso el equipo lo acusa. La ´Bomba´ y Tariq son una garantía de gol, de trabajo y de peligro... pero agradecerían que alguien se las pusiese desde los costados.

Así las cosas, con 0-0 se llegó al descanso y en la reanudación el panorama dio un vuelco. Para empezar, los aficionados que se fueron a la cafetería y volvieron a sus asientos con un poco de demora ni tan siquiera vieron un penalti sancionado por manos de Ruiz que el exrojiblanco Morgado convirtió en el 0-1. El valenciano no es que no lo celebrase, es que incluso hizo un gesto como pidiendo disculpas ante la que fue su hinchada.

Parecía que la cosa se ponía fea, pero el fútbol tiene en ocasiones cosas a la par mágicas e incomprensibles y, en apenas dos minutos, otras manos en la frontal dejaban a l'Hospi con un hombre menos tras ver Luque la segunda amarilla y se convertían en el preludio del empate. Jesús Rubio ejecutó el golpe franco con maestría por la escuadra que debía cubrir Craviotto haciendo el empate y dejando el partido en franquicia para un Huracán que se hizo dueño y señor de la situación ante un rival que se reordenó para intentar defender su valioso botín dando un paso atrás.

Los rojiblancos hicieron circular el balón con comodidad y Tariq dibujó un precioso testarazo en plancha que se estrelló con violencia en el larguero haciendo temblar el arco catalán. Seligrat para entonces quemaba ya todas las naves haciendo reaparecer a Barcina tras dos meses KO y a Cifo, y devolviendo así a Rubio a una posición más natural, más centrada. En esa fase Javi Boix también tuvo el gol del triunfo en un cabezazo tras un error de Craviotto, pero no acertó en su remate y los minutos fueron cayendo poco a poco. Lo único destacable ya hasta el final fue un derribo sobre Txomin en el lateral del área (también hubo otro sobre Èric en área rojiblanca al final) que el colegiado no vio o no quiso ver y un disparo desviado del propio Barcina.

Tablas finales y el año que viene más y mejor.