Francisco Rubio, Pablo Mayor y Lucas Osorio son identidades que a la gran mayoría de aficionados al fútbol no les dicen nada, pero responden a los nombres de tres de las personas más influyentes del panorama del balompié nacional. Tres refutados abogados con sobrada experiencia son los encargados de sancionar a posteriori todas las jugadas que llegan a su mesa... salvo que se encuentren de puente.

Francisco Rubio Sánchez. Es el presidente del Comité de Competición y trabaja como Catedrático del Derecho del Trabajo impartiendo clase en la Universidad de Extremadura a la vez que dirige cursos organizados por UEFA y FIFA.

Pablo Mayor Menéndez (asesor). Acumula dos décadas al servicio de la RFEF y es socio del Real Madrid. Compagina su actividad en el Comité con su cargo de socio director de Allen Overy.

Lucas Osorio Iturmendi (asesor). En 2013 fue nombrado 'mejor abogado español en Derecho Público'. Es asesor en el Comité, secretario no consejero en Metrovacesa y previamente ocupó un puesto en el Tribunal de Arbitraje Deportivo del COE y en la LFP presidida actualmente por Javier Tebas.

El Comité de Competición de la RFEF repasa las actas y supuestamente también los vídeos de las jugadas a las que hacen referencia en sus sentencias. Esta temporada han tenido especial repercusión por las polémicas agresiones de Cristiano Ronaldo o Arda Turan en las que en ambas situaciones actuaron con excesiva benevolencia.

Casos muy diferentes a los que afectan a equipos como Valencia o Levante, quienes vieron cómo el esperpento de sus decisiones acarreaban un castigo desproporcionado a tenor de lo dilucidado en otras ocasiones. Rodrigo es reincidente y cabe recordar que a los tres encuentros que se le han impuesto este miércoles, ya vio la roja en Copa del Rey frente al Rayo Vallecano tras propinar una patada al rayista Morcillo, lo que le supuso una sanción de dos encuentros. De Paul, por su parte, también fue víctima del Comité al permanecer en el dique seco durante cuatro partidos por un manotazo sobre Aleix Vidal.

En el Levante también tienen cuentas pendientes con dicho organismo al recordar el absurdo de la sanción de cuatro partidos a Iván Ramis por su injusta expulsión ante el Granada, aunque posteriormente el Tribunal Administrativo del Deporte reconoció el error flagrante del Comité y dejó la sentencia en una mera cartulina amarilla. Está por ver si el TAD vuelve a corregir la decisión de unos señores que imparten "su" justicia sin rendir cuentas a nadie, ¿o sí?