Rubén Baraja, entrenador del Elche, aún desconoce con qué jugadores podrá contar para la próxima temporada a menos de un mes de que el equipo ilicitano comience la competición en Ponferrada.

El Elche ha aparcado la parcela deportiva durante el presente verano, centrado en salvar a través de los tribunales su plaza en la máxima categoría. Tras consumarse el descenso, la amenaza ahora es caer a Segunda B por los impagos con AFE.

Gran parte de la plantilla ya ha expresado su deseo de querer desvincularse del equipo tras su caída a Segunda y la cifra aumentará aún más en el caso de un nuevo descenso administrativo.

Baraja, que cumple dos semanas en el cargo, comenzó trabajando con 12 jugadores que habían militado en Primera, pero en los últimos amistosos ya ha prescindido de jugadores como David Lombán ,Víctor Rodríguez o Aarón Ñíguez, con ofertas de otros clubes.

Además, el centrocampista Pedro Mosquera ya se ha despedido de la entidad con destino al Deportivo de La Coruña, y dos futbolistas importantes con contrato, como el brasileño Jonathas de Jesús, y el caboverdiano Garri Rodrigues aún no se han incorporado al grupo tras las vacaciones y en el club se duda de que lo hagan.

El consejo, a punto de ser relevado de su cargo, tenía planificado comenzar a formar la plantilla a mediados de julio, pero el descenso administrativo y la nueva amenaza de bajar a Segunda B por impagos a AFE, unida a la imposibilidad de asegurar a los posibles fichajes en qué categoría jugará el equipo, ha paralizado el proceso.

El Elche, que aún no ha realizado ningún fichaje, ha disputado tres amistosos hasta la fecha y el equipo ha estado formado en su mayoría por jugadores procedentes del Ilicitano, filial que milita en Tercera, y del juvenil.

Los resultados han acompañado con tres victorias, ante equipos como Eldense y Olimpic, de Segunda B, y Torrevieja, pero las sensaciones no son buenas, ya que no hay garantías de que todo lo que ensaya el entrenador pueda tener continuidad en la competición.

El técnico, alarmado por la situación de inestabilidad del club, en peligro de descenso, y por la precariedad deportiva envió ayer, tras el amistoso disputado en Aspe ante el Olímic de Xàtiva, un serio aviso al entorno de la entidad.

"Necesitamos soluciones de inmediato si no queremos que ocurra lo peor. Hay jugadores que no saben qué va a ser de ellos", afirmó el preparador vallisoletano, quien admitió que no se están dando las circunstancias para preparar una temporada con garantías.

De hecho, el club decidió suspender la concentración de pretemporada, prevista para esta semana en las instalaciones del Real Club de Golf de Campoamor, en Orihuela, ante la sospecha de que no le iba a servir de mucho al técnico, ya que gran parte de los jugadores con los que iba a trabajar acabarían abandonado la entidad antes del inicio de la Liga.