Adiós a los fichajes millonarios en el fútbol. Es el objetivo del sindicato de jugadores FIFPro, que ha presentado este viernes una denuncia contra la FIFA ante la Unión Europea (UE) que podría suponer una revolución similar a la ocurrida en 1995 con la ley Bosman: el final de los pagos entre clubes para contratar jugadores. Modificar el reglamento de traspasos es una de sus aspiraciones en los últimos años y ahora vuelve a la carga.

"Necesitamos nuevas reglas que protejan a los clubes y a los jugadores", dijo el secretario general de FIFPro, Theo van Seggelen. En opinión del sindicato que representa a mas de 65.000 futbolistas, el sistema de traspasos viola la ley de la competencia europea, por lo que sería necesario facilitar la disolución de los contratos.

FIFPro se queja de la ausencia de libertad de movimientos de los futbolistas en comparación con otros trabajadores y pone el acento en el disparate de los precios de los traspasos entre los clubes más grandes, además del perjuicio que ello supone para los medianos o pequeños. Su planteamiento es que los jugadores puedan quedar libres tras un periodo de preaviso. "En el mercado de traspasos hay una especie de esclavización. Pero los jugadores son personas", aseguró el presidente de FIFPro, Philippe Piat.

Además, el Sindicato pretende también que se termine con las cesiones, que se limite el tamaño de las plantillas y que se recorten las comisiones de los intermediarios. Según los abogados del sindicato, es muy probable que la denuncia vaya para adelante, ya que "en la Comisión Europea saben que el tema no está funcionando como debería".

De llevarse a cabo esta revolución los contratos serían más cortos y los jugadores cobrarían más. Según FIFPro, las plantillas de los clubes serían más equilibradas y el sistema funcionaría mejor, con lo que se evitarían retrasos en las nóminas e impagos, ya que según defiende en la actualidad "se incentivo a los clubes a no pagar lo que deben a los jugadores". En su día, FIFPRO ya lideró otras revoluciones.