Se acabó lo que se daba. Huracán todavía no es historia, pero la Real Federación Española de Fútbol le dio este miércoles una estocada casi definitiva a la entidad rojiblanca. El ente federativo anunció la expulsión del equipo valenciano de la Segunda División B por el impago de cuatro arbitrajes o, lo que es lo mismo, le dio el empujón final cuando se econtraba al borde del precipicio. Una noticia quizá esperada, pero que no por ello dejó de ser una puñalada en el corazón de una plantilla que lleva meses dejándose el alma por revertir la situación tanto dentro como fuera del césped.

Los hechos se sucedieron de forma repentina. A medio día, la RFEF hacía pública la resolución en la que excluía a Huracán de la Segunda División B. En ella, la Federación informa que en el acta arbitral del partido Huracán-Villarreal B, que se disputó el 21 de noviembre, se deja constancia de que el delegado de Huracán comunicó al árbitro que no iba a abonar el recibo arbitral y que lo haría por transferencia días después. Previamente, había sancionado el 11 del mismo mes al club con una multa de 301 euros por el impago de honorarios arbitrales correspondientes a las jornadas 6 y 8 del campeonato. Ese mismo día, requirió a Huracán para que acreditase haber hecho efectivo el pago de los honorarios arbitrales correspondientes en este caso al encuentro disputado el 7 de noviembre frente al Atlético Levante, con el apercibimiento de las consecuencias disciplinarias previstas. Al no acreditar el club estos pagos, se le dedujeron dos puntos en la clasificación, sanción ratificada por el Comité de Apelación. Además, el 25 de noviembre se requirió a Huracán que en un plazo de tres días acreditase haber hecho efectivo el pago de los honorarios pendientes, lo que al no haberse producido ha terminado provocando la exclusión del club del campeonato.

Rápidamente, comenzaron a sucederes las reacciones de los afectados. Básicamente jugadores, técnicos y aficionados, porque desde el club, al cierre de esta edición, nadíe había abierto la boca para dar una explicación. «Me acaban de enterrar vivo», escribía Paco Fernández, portero y capitán, en su cuenta de ‘twitter’. El guardameta ha sido uno de los que ha llevado la voz cantante dentro de la plantilla en los últimos meses y resumía el sentir de los futbolistas. «Bueno, lo han conseguido. No tengo palabras. Mi sentimiento es de tristeza. Todo lo peleado... ¡¡por nada!! Quiero pedir perdón a toda la afición de Huracán por los apoyos recibidos y no poder seguir con este sueño. Fue lo mejor que viví en muchos años. Y sobre todo gracias. Mil gracias por creer y confiar en est grupo humano hasta el final. Nosotros sí somos personas. ¡¡Otros no!!», escribía Paco, el más explícito de todos los integrantes de Huracán.

Mientras, representantes de la actual directiva cofirmaban a SUPER su sorpresa por la sanción de la RFEF, que no esperaban. Según estas fuentes, el club se encuentra ya preparando el recurso que presentarán en los próximos días, y que está basado en unos supuestos justificantes de pago de dichos arbitrajes que la directiva de Carlos Sanchis, el que fuera presidente hasta hace nada, debe haber entregado ya a los actuales gestores. Unos dirigentes que, además, aseguran que ya tenían pagado el autobús y el hotel para viajar este fin de semana a Sabadell.

En definitiva, un día difícil para el fútbol valenciano, que ve como uno de sus equipos se desangra por una pésima gestión de sus dirigentes, pero que deja en la calle, como siempre, a los trabajadores.