El Villarreal CF llega a Ipurua con la intención de volver a ganar lejos del Madrigal, un objetivo que los de Marcelino no han alcanzado en los últimos tres meses, en los que han sumado siete empates y una única derrota.

En este periodo han jugado con rivales complicados, como son el Atlético de Madrid, el Celta, el Sevilla; y, en Liga Europa, el Nápoles o el Bayer Leverkusen.

Además, el equipo de Marcelino García Toral llega con la necesidad de mantener la ventaja con sus perseguidores, quienes pugnan por arrebatarle la cuarta plaza y que en esta jornada juegan todos como locales, por lo que desde el vestuario se califica el partido y la jornada de «clave».

De ganar y mantener o aumentar la distancia con sus perseguidores, supondría un paso importante para el Villarreal en la carrera por la última plaza que da derecho a jugar la Liga de Campeones.

Sin embargo, el objetivo será complicado como lo demuestra el hecho de que el Villarreal no ha sido capaz de ganar en los ocho partidos que han jugado allí.

Además, el equipo llega con muchos problemas en la parcela defensiva, en la que a día de hoy solo cuentan con cuatro jugadores para este partido, si bien cuenta con un jugador para cada demarcación defensiva, por lo que al menos no deberán readaptar jugadores a posiciones diferentes. Eso sí, Musacchio, Bonera y Jaume Costa no podrán estar en Ipurua.