El Rayo ha protagonizado este sábado la extravangancia del fin de semana, en su intento por ampliar las dimensiones del estadio de Vallecas. El conjunto franjirrojo, que se tenía que enfrentar al Sevilla Atlético, se ha encontrado antes del partido con que el colegiado del mismo no ha autorizado el cambio y sus operarios han tenido que repintar el campo a toda velocidad para evitar que se demorase el inicio: han recuperado la línea de fondo original y han tapado con pintura verde la que habían dibujado previamente.

Valdés Aller, árbitro del encuentro, ha argumentado que la distancia con los banquillos era insuficiente para echar para atrás la modificación planeada por el equipo que entrena Rubén Baraja. Durante el proceso, el estadio vallecano ha llegado a tener dos líneas de fondo paralelas, con apenas un metro de distancia, que asemejaban el pasillo de dobles de una pista de tenis o bádminton. Una chapuza que se ha convertido en viral en redes sociales.