Van Gaal cuelga la libreta. De momento por un año, luego decidirá. Así lo reconocía en El Larguero cuando todo el mundo daba por hecho un punto y final de su carrera profesional. El técnico holandés también reconoció que hace un mes, el Valencia se puso en contacto con él para que llegara a Mestalla, una oferta que declinó.

El hombre del ‘siempre negativo, nunca positivo’. El técnico que influenció y dibujó al Barcelona desde el banquillo. Aquel equipo con el que sufrió constantemente a un 'Piojo' López en el Valencia descomunal, que arrancaba como un galgo para reventar la ilusión del holandés. El encargado de hacer soñar a Alkmaar, de hacer debutar a Kroos, Alaba y Müller en el Bayern Múnich y de asumir una etapa en el proceso de transición de Ferguson en el United. El responsable de que la ‘Oranje’ quedara tercera en el Mundial de Brasil. Unos problemas familiares, como él ha reconocido, le apartan de los banquillos, aunque de momento es un punto y aparte.Van Gaal, Ranieri y el ‘Piojo’

El Barcelona ganaba 3-0 en el Camp Nou. Aquel partido de Liga sin embargo terminó con un 3-4 en el marcador y dos goles del ‘Piojo’, la bestia negra de Van Gaal. El primero de cabeza y el segundo con un remate con la zurda desde la frontal tras un saque de esquina. No serían los primeros zarpazos del argentino ante el holandés. Una temporada después, en Copa del Rey, el Camp Nou volvía a ver un doblete de Claudio López en el 2-3 ante los culés en la ida. En la vuelta, dos más. El primero de ellos tras bajar un balón llovido de Mendieta y el segundo, marchándose de Hesp, el portero que más sufrió al argentino, quien también fue batido por el ‘Piojo’ un año después en Champions en aquel glorioso 4-1 con Van Gaal en el banquillo azulgrana.

Ranieri volvería a sonreír ante el holandés. Hace menos de un año, en la gesta histórica del Leicester, el italiano sumó un punto vital en Old Trafford ante Van Gaal. Ese empate en el duelo contra el holandés, unido al Chelsea 2-2 Tottenham, le dio la Premier a Ranieri casi 20 años después de aquellos duelos con el ‘Piojo’ como protagonista.La cantera y su idea de juego

«Mi filosofía es que hay que jugar para el público. Por eso tenemos que jugar también un fútbol atractivo». Van Gaal tenía clara su filosofía, duramente influenciada por Rinus Michels. Curiosamente, el técnico fue un enemigo de Cruyff, ya como jugador, cuando Van Gaal era un juvenil, y después en los banquillos, cuando Johan le criticó.

Sin embargo, una generación absolutamente excepcional de futbolistas en Holanda salieron en la etapa en la que Van Gaal estaba al mando del Ajax. Overmars, Seedorf, Davids y Kluivert debutaron de la mano del técnico. Nombres importantes como Van der Saar o Bergkamp también rindieron a gran nivel con el entrenador de Ámsterdam. En el Barcelona, Valdés, Xavi Hernández, Puyol e Iniesta, piezas clave en la historia azulgrana, encontraron el camino en el primer equipo de la mano del técnico, que estuvo dos etapas en la Ciudad Condal.

En el AZ Alkmaar la tónica no cambió, aunque sí la filosofía del técnico. El motivo no era otro que el cambio de idea. Aquel texto empezaba con una frase contundente: «Van Gaal ha perdido su religión». El Total Football, cuya filosofía era el balón, había dado paso al 2.0., con importancia en el espacio. En Alkmaar ganó la segunda Eredivisie en la historia del club, con Pellè y Dembelé a un nivel soberbio, y rompió la racha del PSV.

Alemania también atendió a una de sus obras. Alaba, Müller y Badstuber debutaron con él. Kroos y Schweinsteiger, a quien cambió de posición, de la banda al centro del campo, fueron también influenciados por el holandés. De hecho, la mano de Van Gaal fue clave en el fútbol alemán para realizar un cambio cultural, algo que había abierto Klinsmann y que Guardiola realizó años después de manera más radical.

Holanda apareció después en un momento crítico en cuanto a forma y fondo. Van Marwijk destrozó la reputación ‘Oranje’ y Van Gaal, el de la etapa más tardía, le dio su toque para quedar tercera en el Mundial de 2014. En su última etapa apareció el United, donde no triunfó pero sí dio salida a jóvenes como Jesse Lingard y Marcus Rashford.