Después de varias horas de incertidumbre, LaLiga ha confirmado oficialmente la suspensión del partido de este domingo entre el Celta y el Real Madrid. Atendiendo al informe del Ayutamiento de Vigo, que no garantiza la seguridad de espectadores ni jugadores por el estado de la cubierta de Balaídos, LaLiga propondrá ahorá posibles fechas para recuperarlo, pese a que tal y como recoge el protocolo será la Federación quien en última instancia tenga que dar el visto bueno.

Los daños causados en la cubierta de la grada de Río y la imposibilidad de repararlos a tiempo impiden garantizar la seguridad de los espectadores, según señaló amediodía el alcalde de la ciudad, Abel Caballero, quien se acercó hasta al estadio para seguir los trabajos de reparación que los técnicos municipales realizaban en las zonas afectadas.

El viento, con rachas de hasta 180 km/h de intensidad, ha destrozado unos 40 metros de una de las cubiertas del estadio de Balaídos. Una superficie que, precisamente, a causa del viento no puede arreglarse antes del encuentro, por lo que el Ayuntamiento de Vigo, propietario del estadio, ha decidido que no se dispute el mismo, aunque el conjunto blanco sí quiere jugar.

Desde el club de Chamartín, que mantenía el plan de viaje, habían hecho una propuesta a LaLiga, al Celta y al propio Ayuntamiento para que se contemplase la disputa del encuentro con la condición de que la zona afectada estuviese cerrada al público. De hecho, el Madrid habría incluso propuesto la posibilidad de disputar el encuentro en otro estadio como El Molinón de Gijón, Compostela, Pasarón (Pontevedra) y también se ha contemplado la posibilidad de moverlo al norte de Portugal (Braga u Oporto).

La suspensión del Celta-Real Madrid provoca un auténtico galimatías para encontrar una fecha libre en el calendario. El conjunto blanco ya tiene pendiente un partido aplazado, el 22 de febrero en Mestalla, y dependerá de la trayectoria de ambos equipos en Europa para buscar una fecha disponible para la disputa de este encuentro.