Tarde de júbilo la vivida en El Clariano. El conjunto de Miguel Ángel Mullor consiguió superar ampliamente al Alavés B, campeón de su grupo. Los blanquinegros lograron llevar a los canteranos del Alavés a su terreno, imponiendo su juego rocoso y contundente contra un joven equipo superado por las circunstancias. Ahora, solo noventa minutos se interponen en el sueño del Ontinyent de volver a ser equipo de Segunda División BOntinyent Segunda División B.

A pesar de un inicio impreciso por parte de los dos equipos, los locales impusieron su juego poco a poco, reduciendo el juego del conjunto vitoriano a una retahíla de imprecisiones. Fue a los escasos trece minutos cuando Doménech se sacó de la manga un espléndido disparo de falta directa desde 25 metros que se coló por la escuadra izquierda y sirvió para poner a los locales por delante.

Después del tempranero gol, el Ontinyent se hizo con el dominio absoluto. Cristo se gustaba arriba, aprovechándose de su picardía frente a los jóvenes defensas canteranos del Alavés. Sin embargo, los visitantes vieron en los balones aéreos un resquicio para conseguir generar peligro y lo aprovecharon, con tres jugadas que bien pudieron significar el empate.

Precisamente cuando parecía que el Alavés B se hacía con el control del ataque frente a la relajación local, una jugada de pizarra salvó la situación para el Ontinyent. Doménech ponía una falta al palo izquierdo y Juanan prolongaba de cabeza al corazón del área para que Ángel rematase a placer. El vendaval blanquinegro aun no había acabado. Tres minutos después Rafeta realizaba un jugadón, yéndose de dos defensores en tres cuartos de campo y sirviendo un balón a Cristo que el delantero remató con gran violencia, casi agujereando la red. La euforia se apoderaba de El Clariano y el descanso llegaba de la mejor manera posible.

La segunda parte tuvo un tono diferente, ya que el Ontinyent no estuvo tan acertado en ataque y se centró en resistir las constantes embestidas vitorianas. El filial del equipo de Primera dispuso de varias ocasiones muy claras durante el segundo tiempo, pero una y otra vez pecaron de una imprecisión que el Ontinyent no mostró cuando tuvo su momento en la primera mitad. Finalmente, con diez jugadores en el campo por la lesión de su referencia ofensiva Andrei, los visitantes se vieron impotentes en los últimos minutos.