"Me pidieron un cinco por ciento de lo que yo ganaba en Primera División en concepto de representación arbitral". Lo que estaban pidiendo en realidad era sacar un beneficio económico para mediar a su favor en los momentos clave de los despachos, momento en el que se deciden qué árbitros suben y bajan de categoría. Ese era el precio para asegurarse una exitosa carrera en el mundo del arbitraje. "Villar pidió que las listas se las pasaran a él para dar el visto bueno", añade. Así de rotundo se mostraba Pino Zamorano en la entrevista concedida a El Español.

En la entrevista Pino Zamorano, que comenzó su carrera en el arbitraje en 1988, también comenta que él votaba a Villar, ya que estaba "adoctrinado". "Claro, porque ya vas adoctrinado. Es verdad que usaron todo lo que tenían para convencernos. Eran los finales de la década de los noventa. Y Habíamos tenido unos aumentos de sueldo y el propio Victoriano Sánchez Arminio [máximo responsable de árbitros] te decía: 'mira lo que tenemos, lo que podemos ganar'. Al final era enfocarlo todo hacia Villar", señala.

El excolegiado, que abandonó los terrenos de juego hace cuatro años, sorprende al contar al detalle en la entrevista a El Español lo que le sucedía a los que no seguían las directrices de Villar. "Hace unos años López Nieto hizo unas declaraciones contra Villar y en una reunión de árbitros nos pasaron un texto en su contra porque querían echarlo del cargo que tenía. Estábamos sentados juntos Pérez Lasa, Daudén Ibáñez y yo. Ellos no lo firmaron, yo en un principio tampoco lo iba a firmar, pero al final me asusté y firmé el texto. Cuando acabó la temporada, Pérez Lasa, que iba a ser árbitro internacional, dejó de serlo y metieron a Velasco Carballo. Y Arturo Daudén Ibáñez, que era top class y podía pitar una final de Champions, lo bajaron a Segunda. Eso lo he vivido yo, que no me lo ha contado nadie. O estás conmigo o estás contra mi.", explicó.

Para terminar, el exárbitro señala que todo era un "cortijo", y que en el fondo Villar pensó que nunca le iban a pillar. "Al final esto es un cortijo. Cuando una persona lleva 29 años se piensa que la Federación es suya y que va a estar toda la vida allí. Y al final ha habido muchísimas cosas que no han salido y que no saldrán", afirma.