La Copa de los suplentes o de los estadios vacíos. Esa es la realidad de la competición copera en España. A pesar de eso, no es habitual ver a entrenadores y jugadores criticar duramente este sistema y sobre todo, pedir a los cuatro vientos que cambien un formato vetusto y sin excesivo interés. El último en hacerlo ha sido Quique Sánchez Flores. El entrenador del Espanyol habló claro en rueda de prensa y expuso su disconformidad con el actual esquema de la Copa del Rey. "Yo preferiría no tener que jugar en Cornellà con el Tenerife y preferiría tener que jugármela en Tenerife. Esta Copa del Rey requiere ya jugar a un solo partido y requiere ya tener una final Four a cuatro, en un estadio de los múltiples excelentes estadios que tenemos en España para que se sepa realmente lo que es tener la fiesta de la Copa del Rey", señaló Quique.

El entrenador del Espanyol, que disfrutó de la FA Cup en Inglaterra, demuestra de nuevo la realidad que se vive en el fútbol español. La Copa del Rey no tiene prácticamente interés para el aficionado. Solo aquellos que se conforman con recibir a los 'grandes' para ganar margen económico en las taquillas disfrutan de un día de gloria, pero todo se reduce a eso, un día. Las sorpresas desaparecen cada vez más y año a año las eliminatorias a doble partido evidencian que el formato es para beneficiar a los equipos con mejores plantillas. La realidad sería muy distinta con eliminatorias a partido único en las que quién sabe, podríamos ver casos como los de Millwall y Lincoln en la FA Cup 2016/17.

Con el formato a partido único, Numancia y Ponferradina ya estarían en los octavos de final, tras haber batido a Málaga y Villarreal en la ida de los dieciseisavos de final. Es más, Elche y Formentera podrían haber forzado un replay (sistema inglés) o bien haber acudido a los penaltis para jugarse el pase a los cuartos ante dos conjuntos de Primera División. Sin embargo, estos cuatro equipos, tras haber conseguido un 'milagro', deberán volver a rozar la perfección para poder estar en la siguiente fase, víctimas de un formato que premia a los 'grandes'.