El principio de temporada en el Parque de los Príncipes ya se puede tildar de rocambolesco. La llegada de Neymar al vestuario ha abierto el frasco de las hostilidades en París. Desde Francia ya especulan con que el PSG ha acelerado los planes y vista la situación prefieren cambiar ya de entrenador y despedir a Unai Emery.

Hace algunos días saltaba a la palestra la condición indispensable para que Emery siga en el banquillo parisino más allá de esta temporada. El técnico de Hondarribia debe llegar como mínimo hasta las semifinales de Champions League para tener una oferta de renovación y solo ganar el máximo trofeo continental le daría la continuidad automática.

Nada más lejos de la realidad. Según Yahoo! el director deportivo del PSG, Antero Henrique ya tiene tomada la decisión, puesto que consideran que Emery ha perdido la autoridad sobre una plantilla dividida y liderada por el bloque brasileño (Neymar y Dani Alves) y por otro lado por Edinson Cavani. Ya se pudo ver en la 'crisis de los penaltis' que la plantilla estaba dividida en este sentido y que el ex entrenador del Valencia no ha tenido la cintura suficiente para llevar las aguas a buen cauce, más allá de sofocar más incendios provocados por los desencuentros surgidos a la llegada del astro brasileño.

Sin ir más lejos en esas ha estado el club desde que se iniciara la guerra interna. Neymar ha desmentido constantemente y de forma pública que no tiene una mala relación con el técnico, ni que sus métodos le aburren. Emery también salió por la tangente y siempre ha querido dejar las disputas en manos de los jugadores.

Tanto es así que desde hace semanas en París ya reportan los primeros contactos entre José Mourinho y su cuerpo técnico con los mandamases del PSG. El portugués sería bienvenido, si decidiera abandonar el Manchester United. De hecho Antero Henrique y Mourinho ya se conocen de la etapa en el Porto, cuando los dragones lograron alzarse con la Champions League en el año 2004 contra todo pronóstico.

Tampoco contentaron, y en este caso se muestran como un motivo de peso más, el 'robo' de la Ligue 1 por parte del Mónaco tras cuatro temporadas de color capitalino y la remontada histórica del Barcelona en el Camp Nou que sigue en la memoria de Henrique y Al-Khelaïfi. El escenario para Unai Emery, una vez más en su carrera, no es el más apropiado, pero tiene poco tiempo para demostrar que la silla de uno de los 'nuevos ricos' de Europa no le queda demasiado grande.