Risas adolescentes retumban desde las entrañas del estadio de la Cerámica. Son risas puras y limpias que devienen en carcajada. Risas cuando los chavales entonan cánticos improvisados en la jaula de la grada visitante. Risas cuando simulan calentar y preparar un cambio en el banquillo, junto a la banda. Risas cuando entran en el vestuario del primer equipo y teatralizan tácticas en la charla. Y risas, sobre todo, cuando tiran de tópicos y traducciones en el turno de preguntas y respuestas en la sala de prensa. Endavant Igualtat mezcla promesas del Juvenil B del Villarreal con jóvenes internos en el centro de reeducación Pi Gros de Castelló. Durante la visita al estadio, que se culmina con un ojeo a las vitrinas del palco VIP y una merendola, para el observador externo es imposible distinguir a unos de otros. Esa es la victoria de este proyecto: subrayar las similitudes para difuminar las diferencias.

Raúl Tena es el entrenador del Juvenil B, uno de los equipos de la cantera que participa en el programa. Cada equipo tiene su proyecto. No queda muy claro quién ayuda más a quien. Son lecciones de ida y vuelta. «A los nuestros les sirve de mucho», explica Tena, «para ganar en empatía, para valorar lo que tienen, para ver que chavales parecidos a ellos viven una realidad distinta». El 70 % de la plantilla vive en la residencia de la Ciutat Esportiva de Miralcamp. «Conocer los problemas de otros les sirve para interpretar los suyos. Ven que tienen obligaciones pero aprenden a valorar que su sacrificio esconde una ventaja: están haciendo lo que les gusta».

Aprendizaje

La visita a la Cerámica es una de las múltiples actividades que se desarrollan durante toda la temporada. Los viajes se intercambian. En Pi Gros hubo partido de baloncesto. En Miralcamp se bajó el balón al suelo para jugar a fútbol. A medida que pasan los meses va creciendo la confianza entre los grupos. «Al principio cuesta romper el hielo, pero en el fondo todos aprenden lo mismo. También los chavales de Pi Gros descubren que la vida del futbolista tampoco es el paraíso. Unos y otros ven que para conseguir cualquier cosa hay que currárselo mucho».

Una lectura similar realiza Rubén Simó, el director del centro de reeducación. «Para nosotros la gran riqueza del proyecto es ver y potenciar lo que les une», explica, «a los míos les sorprende descubrir, en la residencia por ejemplo, que tienen unas normativas similares de convivencia». «Al ir coincidiendo durante todo el curso cada vez se conocen mejor y van ganando confianza». El programa siembra una semilla que arraiga en el futuro. «Este año todavía no, pero hay casos de chicos que salen luego en permiso de fin de semana y se encuentran con algún jugador, y ya hay un punto en común de coincidencia», añade Simó.

Para Pi Gros, Endavant «es el tipo de actividad de inclusión que necesitamos para que nuestros chavales se puedan relacionar desde la total normalidad con personas de su misma edad y compartir buenas experiencias».

Un sueño y un espejo en el que mirarse

El fútbol como nexo de unión. Como escenario de sonrisas y lugar de creación de sueños. El proyecto Endavant Igualtat logra, a través del esférico, una mezcla perfecta con un objetivo, la progresión en el fútbol. Eso sí, esa no esa no es la única meta.