La jueza titular del juzgado de primera instancia e instrucción número 6 de Llíria decretó este jueves prisión preventiva sin fianza para el jugador del Villarreal CF Rubén Semedo. El defensa central se encontraba en los calabozos de la comisaría de Patraix desde el pasado martes después de ser detenido tras haber sido denunciado por tercera vez desde su fichaje el pasado verano. Anoche durmió ya en la prisión de Picassent.

En este caso, después de las primeras pesquisas y el registro de su domicilio —donde encontraron un arma de fuego— los delitos que se le imputan son homicidio en grado de tentativa, lesiones, amenazas, detención ilegal, tenencia ilícita de armas y robo con violencia después de una denuncia en la que se hacía constar que, presuntamente, el futbolista y dos acompañantes apalizaron, retuvieron y robaron a un individuo en el garaje-discoteca del domicilio del luso ubicado en la localidad de Bétera poco antes de trasladarlo a un piso en una céntrica zona de València para sustraerle bienes y dinero. Según la mencionada denuncia, el agredido pudo huir, pero el jugador portugués habría llegado incluso a abrir fuego con el arma hallada en el registro.

Semedo llegó a las dependencias judiciales esposado y con una sudadera con capucha a las 8:50 horas. El inicio de la declaración ante la jueza, sin embargo, se demoró a la espera de la llegada de sus abogados que se produjo a las 11:30 horas, cuya cabeza visible es el luso Bebiano Gomes. La defensa mantuvo como líneas argumentales para hacer constar como atenuantes que el futbolista fue «víctima» de una estafa o robo de dinero antes de su reacción y que además, el denunciante al parecer tiene antecedentes penales en Francia relacionados con delitos de esta índole y que esos delitos incluso pueden tener relación directa con otros futbolistas.

Después de hora y media delante de la jueza, primero abandonaron los juzgados los tres abogados y Semedo salió a las 14:10 horas acompañado ya por una patrulla de la Guardia Civil y en un vehículo de la Benemérita con destino a la cárcel, pese a que tres amigos suyos le esperaban con la intención de llevarle en casa si hubiera sido puesto en libertad.

Según publicaba ayer el periódico Levante-EMV, la policía ha emitido una orden de detención del primo y un amigo del jugador, los otros dos presuntamente implicados en los hechos y que habrían huido a Portugal.

Por los delitos que se le imputan el fiscal podría pedirle hasta más de más de 30 años de cárcel y en el peor de los casos podría mantenerle en prisión preventiva hasta cuatro años. El Villarreal tiene suspendido de empleo y sueldo al jugador con un expediente abierto, pero según fuentes jurídicas consultadas por SUPER no puede hacer efectivo su despido de forma procedente hasta que no haya una sentencia condenatoria en firme.