Las polémicas arbitrales persiguen al fútbol y siempre serán parte de él, aunque la tecnología aparece como una herramientas más en favor de los colegiados para que comentan menos errores y por tanto impartan justicia de manera más eficaz.

Esta tecnología no es otra que el videoarbitraje, más conocido como el VAR, que la FIFA trata de implantar en todas las Ligas del mundo, de hecho en el Mundial de Rusia que se celebra este verano ya se utilizará y también la temporada que viene en la Liga española. Este es el funcionamiento del VAR según el reglamento que sobre él ha establecido la FIFA y entre las que no se encuentra el fuera de juego, uno de las situaciones que más polémicas genera a lo largo de un partido de fútbol:

Goles

En el caso de los goles tiene una doble función, por un lado comprobar a través de diferentes cámaras si la pelota ha traspasado la línea de gol para evitar los conocidos como 'gol fantasma', y por otro lado determinar si se ha producido alguna infracción que impida conceder el gol, cómo por ejemplo faltas o fueras de juego. Por lo tanto, todas las jugadas que terminen en gol serán revisadas para descartar cualquier sospecha.

Penaltis

Garantizará que no se tomen decisiones erróneas relativas a la señalización de un penalti, o la no señalización de un penalti.

Tarjetas rojas

No se valoran las expulsiones por doble amarilla porque supondría valorar dos acciones. Sí se valoran las tarjetas rojas directas y ya se han dado casos de acciones que han pasado de tarjeta amarilla a roja por indicación del VAR.

Confusión de identidad

Si un árbitro no amonesta o expulsa a un jugador que debe, o no está claro qué jugador ha cometido una infracción, los asistentes de vídeo informan al árbitro principal de qué jugador ha cometido la infracción.

Funcionamiento

Cuando el árbitro o uno de los asistentes ubicados en una sala de vídeo interpreta que hay una jugada susceptible de ser revisada los asistentes de vídeo revisan la acción por televisión e informan por los auriculares al árbitro principal, que es quien ha de tomar la decisión, dando por válidas las indicaciones de sus asistentes de vídeo y siendo él quien revisa personalmente la jugada en un monitor de televisión colocado junto al tererno de juego. En la teoría se establece que este proceso no debe durar más de dos minutos para que los partidos no se alarguen más de lo necesario ni el juego se va constantemente interrumpido. Son el árbitro y sus asistentes de vídeo quienes deciden cuándo entra en acción el VAR, no los equipos. Si un miembro de los equipos solicita su aplicación puede ser sancionado.