El Castellón ha ascendido a Segunda División B tras imponerse 1-0 al Portugalete y abandona el pozo de la Tercera División siete años después.

En la primera parte el conjunto dirigido por Sergi Escobar ha tenido controlada la situación en todo momento. De hecho, mientras Zagalá apenas ha tenido trabajo más allá de una acción en la que él ha arriesgado en exceso con los pies, los jugadores albinegros han estado rondando sistemáticamente la portería defendida por Jorge.

Ximo Forner en un disparo a botepronto, Cubillas y Marenyà con sendos disparos demasiado centrados, y sobre todo el propio Cubillas —amo y señor en los balones áereos donde ha sido sinónimo de peligro durante todo el encuentro tanto en remates como generando segundas jugadas— en un cabezazo franco que se le ha ido alto han buscado el gol, aunque la mejor noticia para el conjunto albinegro antes del descanso ha sido la expulsión del goleador visitante Bonilla tras dos codazos en dos balones aéreos prácticamete calcados.

La recta final del primer acto ha sido eléctrica pues tras la expulsión y por tanto jugando ya en inferioridad, ha podido adelantarse el conjunto vasco en un buen remate en el segundo palo que Zagalá ha sacado bajo palos y acto seguido de nuevo una dejada del omnipresente Cubillas en la otra portería ha originado una buena ocasión albinegra.

Se ha entrado por tanto en el segundo acto con un panorama alentador y la cosa se ha puesto totalmente de cara cuando Colomer se ha anticipado a los defensores del Portu para cabecear la la red un centro desde Enrique desde banda izquierda. El tanto, más allá de por su valor real —que era mucho, si bien un gol del Portugalete forzaba la prórroga—, ha sido un espaldarazo anímico para un Castellón que arropado por su hinchada tenía ya la sensación fiable de que este año sí que se abandonaba el pozo de la Tercera División tras siete años de peregrinaje por el desierto.

En los minutos finales el Portu tan solo se ha aproximado con peligro real en una llegada de Bengoetxea mientras que el Castellón ha acariciado el 2-0 en botas de Javi Rubio.

Con el pitido final Castelló ha vuelto a ser albinegra con orgullo.

El Orihuela no ha podido

El Orihuela, por su parte, no logró el ascenso tras un partido típico de ´play-off´ en el que pagó caro el tanto encajado en la ida en Los Arcos.

La primera parte del encuentro transcurrió sin apenas sobresaltos más allá del aparatoso golpe sufrido por el bravo Marc Sirera, quien estuvo tendido sobre el césped durante varios minutos y tuvo que reincorporarse al partido después con una aparatoso vendaje en la cabeza.Peor parado salió su oponente, Aimar, quien mareado tuvo que ser sustituido poco después.

El conjunto de Villafaina incluso se asomó a la portería de Adrián Torre primero en un remate alto de Brian a la media vuelta tras un balón prolongado por Antonio en un saque de banda y, sobre todo, en una preciosa acción individual de Nico, quien avanzó desde medio campo sorteando a un par de oponentes y cuando estaba en disposición de rematar cruzado, casi mano a mano con Adrián Torre, eligió mal e intentó dar un pase al centro que fue interceptado por un zaguero local. Esa fue la mejor oportunidad de un Orihuela que más allá de un cabezazo de Javi Sánchez al filo del descanso que resolvió Emilio con una excelente mano —aunque había sido previamente invalidado por posición antirreglamentaria—, no pasó apuros.

En la renudación el Langreo estaba obligado a dar un paso al frente y lo dio. Calvillo avisó en dos cabezazos tras sendos saques de esquina y fue el exjugador de Huracán Omar Sampedro quien cogió un rechace en la frontal para batir a Emilio. De ahí al final, con el marcador a favor de los locales, apenas se jugó y el Orihuela fue ahogándose en la orilla.

El ascenso escorpión tendrá que esperar