"Baraja, Gijón no es tu sitio", "Ni Pipo ni Pipa, vete ya". Esas son algunas de las pancartas dedicadas al técnico del Sporting tras el empate contra el Reus. Duelo en el que el cuadro asturiano ha logrado sacar un punto tras empatar en el último suspiro, y en el que le han anulado un gol y ha fallado un penalti. Sin embargo, las críticas a Baraja son de un sector simplemente de la grada. De hecho, el curso pasado, el técnico consiguió cambiar por completo la cara del grupo, que llegó en la jornada 19 de la 2017/18 para meter al equipo en promoción de ascenso. Ahora, tras solo 8 jornadas disputadas, el entrenador está viviendo la otra cara de la moneda, aunque parece ser solo la víctima de la gestión de un club que está en un momento más que complicado. Es más, los aficionados, aunque apuntan a Baraja, piden sobre todo que el cambio llegue en la silla presidencial.

En cuanto al partido, el Sporting sacó un punto (1-1) gracias a un dudoso penalti en el tiempo añadido ante un Reus que llegó a Gijón a defenderse y se encontró con un gol a favor prácticamente en su único disparo a puerta en todo el partido. El Sporting salió al campo dispuesto a que los puntos se quedaran en casa y su dominio en la primera parte fue absoluto, y aunque tuvo el balón, no tuvo las ideas claras de qué hacer con él, con lo que los minutos fueron transcurriendo con el juego en el medio campo del Reus, que cruzó la línea de centro del campo en contadas ocasiones.

Lo mejor que tuvo el equipo rojiblanco fue la presión que hizo que el Reus apenas pudiese cruzar el centro del campo mientras que los gijoneses atacaban por las dos bandas pero sin que al llegar al área rival originasen situaciones de gol. Carmona de cabeza fue el primer disparo a puerta, aunque el balón salió alto en unos minutos en los que el propio Carmona, Canella y Álvaro Jiménez se mostraron muy activos, pero en los que Badía apenas tenía que intervenir.

Alvaro Jiménez puso algún centro al que no llegaban ninguno de los compañeros que luchaban por recuperar el balón en acciones de mucho desgaste pero sin resultados positivos. Por su parte, el Reus trató de tocarla en su campo buscando de vez en cuando algún desplazamiento largo que nunca sorprendía a la zaga local que estaba teniendo un partido muy tranquilo como lo demuestra que el portero Mariño no tocó el balón con las manos hasta el minuto 34.

En los últimos minutos de la primera parte se produjeron las dos acciones más importantes hasta el momento: la primera acabó en gol en un remate al alimón de Djurjevic y Álex Pérez, pero el árbitro a instancia de uno de sus auxiliares lo anuló por mano previa al remate lo que fue muy protestado por jugadores y público. La segunda fue un penalti que Varón Aceitón señaló por mano de Gonzalo cuando el balón había dado claramente en la cabeza del jugador del equipo catalán pero Badía adivinó el lanzamiento de Djudjevic y despejó el balón.

El delantero serbio del Sporting sigue sin ver puerta nueve partidos después de su debut con la camiseta rojiblanca y hoy falló hasta un penalti lo que muestra que el delantero está reñido con el gol lo que está aumentado la presión sobre el propio jugador. Nada cambió en la segunda parte en la que el Sporting atacaba y atacaba, pero el Reus se defendía hasta con nueve hombres haciendo imposible cualquier intento de remate de los rojiblancos en acciones que fueron desesperando a los aficionados.

El más señalado era Djurdjevic al que nadie le niega su esfuerzo y su brega, pero que está siendo incapaz no sólo de marcar sino incluso de rematar a puerta. Baraja se ganó una tremenda pitada en su primer cambio ya que para dar entrada a un delantero como el joven Neftalí sacó a Álvaro Jiménez que estaba entrando muy bien por la banda derecha y poniendo varios centros con peligro.

Un error de Cofie en el centro del campo permitió una contra de Alfred que a punto estuvo de sorprender a la zaga local, que llegó a tiempo de obstaculizar su chute, que detuvo Mariño. Apenas un minuto después el balón llegó a Linares que, escorado, lanzó un potente disparo que sorprende a Mariño poniendo por delante al conjunto catalán.

El gol provocó una tremenda bronca de una afición que veía incrédula como el Reus, que no había hecho nada más que defenderse aprovechaba un error defensivo para adelantarse en el marcador. Con el marcador a favor, el Reus reforzó aún más su entramado defensivo ante un Sporting que lo siguió intentando y gozó de alguna oportunidad como una de Durjdejevic que controla con el pecho y remata pero Badía le sacó su remate con el pie.

Ya en el tiempo añadido el árbitro volvió a señalar penalti en un supuesto empujón a Neftalí que en esta ocasión transforma Carmona lo que da al Sporting un punto que no convenció ni mucho menos a la afición que se pasó los últimos minutos pidiendo la dimisión de Baraja y la marcha del consejo de administración.