Campaña pasó de sonreír a pasar uno de los peores momentos de su carrera en cuestión de dos años. En 2012 tocaba el cielo como una de las grandes figuras de la Sub-19 que conquistó Europa y en 2014 empezaba una nueva era en el Oporto. En ambos escenarios con Julen en el banquillo, pero con relaciones bien diferentes. En la Roja, el andaluz era el capitán sobre el terreno de juego (junto a Juanmi). Mientras, en Portugal prácticamente no existía para un entrenador que acabó reduciendo las participaciones del '24' granota a dos, con apenas 139 minutos disputados. Eso obligó al jugador a iniciar una carrera contra sí mismo. Un periodo en el que debía evolucionar y dar con la tecla para ganarse un puesto en otro equipo, como él mismo reconoció en una entrevista para SUPER el pasado 16 de septiembre. «El punto de inflexión en mi carrera llegó cuando estaba en el Oporto, con Lopetegui, y no tenía minutos y no disfrutaba. Ahí cambié el chip y pensé que o trabajaba en mí para llegar bien al próximo equipo o con ese ritmo de no jugar me iba a perder», señaló Campaña. Y allí, entre los puentes de Do Dragao, el jugador del Levante sacó de un momento duro su fortaleza para seguir creciendo al máximo nivel.

El sábado será por tanto una gran oportunidad para que Lopetegui vea de cerca a un Campaña ya consolidado en la categoría. Maduro, vital en el conjunto granota y con un rol de capitán, aunque sin el brazalete. Ese que sí llevó en Tallin cuando España ganó a Grecia en la final del Europeo Sub-19 de 2012. Un año antes, ante la República Checa, el conjunto dirigido también por Lopetegui ya había levantado ese trofeo, aunque con menor participación del andaluz. En el segundo por su parte, la función del '6' fue espectacular. Tanto que fue uno de los pilares que batió al centro del campo formado por Pogba y Kondogbia entre otros. Es más, el combinado galo ganaría un año después el Mundial Sub-20, lo que todavía da más dimensión a lo logrado 2012. Y a la figura de un Campaña que se hacía cada vez más grande con Lopetegui en el banquillo, quien le dio el espacio para que mostrara su potencial.

De esos dos títulos y esa confianza a uno de los peores momentos de la carrera de Campaña solo pasaron dos años. El andaluz ya había pasado por la Premier y por la la PremierBundesliga Y lo había comprado un equipo italiano (Sampdoria). Entonces llegó el Oporto. Y de nuevo Lopetegui. El técnico vasco le reclamó para el Oporto. Sin embargo, lo que en la selección española había sido confianza, en Portugal se tornó en ostracismo. Es más, en propias palabras de Campaña, en un «comodín». «Cuando estaba uno tocado ocupaba esa posición. Si era defensa jugaba de defensa. Si era de lateral, pues de lateral. Los golpes en esa etapa me hicieron madurar y pensar más en mí», explicó Campaña.

Esa etapa en el Oporto acabó, con solo dos partidos en la elite. En ambos ganó el conjunto luso y los 'Dragones' acabaron con cinco goles a favor y cero en contra. Sin embargo, Campaña también tuvo que jugar con el 'B' ante la falta de confianza y cuando llegó el verano apareció un dilema. Probar de nuevo en lo más alto o dar un paso atrás para saltar más adelante. Y así fue. Muñiz y su Alcorcón aparecieron y el resto es historia. El Ciutat le abrió las puertas, un ascenso y una salvación después, con golazo ante Las Palmas incluido, el sevillano aparece para pisar el Santiago Bernabéu con más fuerza que nunca. Y delante estará Lopetegui, quien le enseñó la cara y la cruz del fútbol de elite.