Luis García debuta hoy como técnico del Villarreal en una auténtica final en la que, eso sí, tiene varios factores que pueden ser determinantes a su favor. El primero de esos factores es que el conjunto amarillo afronta el choque como líder del grupo y eso le hace depender de sí mismo; el segundo es que de los tres signos posibles le valen dos como son el triunfo y el empate para clasificarse; y el tercero es que juega arropado por su gente, en La Cerámica, y en la delicada situación en la que está el equipo cualquier ayuda es buena.

Precisamente uno de los guiños del técnico ayer en sala de prensa fue dirigido a su hinchada: «Sabe de fútbol y de la importancia de los momentos puntuales. No gusta ver a su equipo tan abajo, pero es importante estar todos juntos». Todos los aficionados amarillos que hoy acudirán a La Cerámica pueden hacer unas cuentas muy sencillas que dicen que si el equipo gana será primero de grupo; si empata se clasificará ya sea como primero o como segundo; y si pierde quedará apeado de la competición europea. El propio Luis García definía la situación ayer también de forma minimalista: «Pasamos o nos quedamos fuera, no hay más y con esa idea lo afrontamos».

A partir de ahí la incógnita es saber por qué apostará Luis García en su estreno ante un rival, el Spartak, que desde el lunes pasado y hasta ayer ha estado en el Parador de El Saler trabajando y que sabe que, si gana, también está clasificado.

Luis García debe por tanto gestionar sus recursos con el handicap de haber podido trabajar muy poco —apenas tres sesiones— con sus hombres antes del estreno. Eso sin duda condicionará su once, como él se encargó de confirmar ayer: «Se verá una combinación del trabajo que ya han hecho antes. Han sido pocos días los que hemos trabajado juntos y lo que se van a ver son pequeños detalles. El rendimiento es lo que marca la elección del equipo y vamos a elegir en base a los últimos partidos. Quiero un equipo valiente y con variantes en el juego, cambiar la forma de atacar, y que en defensa, apriete, pues si lo haces tendrás más opciones de ataque».

Luis ha sido durante su carrera mayoritariamente fiel a un sistema 1-4-4-2 clásico, pero que dista algo de la concepción que tenía Calleja de ese mismo sistema. El técnico destituido, hasta la irrupción de Samu, empezó y acabó jugando en rombo en el centro del campo con cuatro medios de toque pero con poco desborde, y Luis es más amante de poner un doble pivote más paralelo y dos futbolistas en banda por delante de los laterales que sean más verticales y tengan capacidad para hacer daño al espacio. De hecho, con uno de los dos puntas algo más descolgado el sistema en determinadas fases pasa a ser un 1-4-2-3-1 e incluso en ocasiones ha llegado a jugar con algo que podría asemejarse a un 1-4-1-4-1, circunstancia que obliga a los interiores a ofrecer un plus en tareas ofensivas.

Sea como fuere y evaluando tanto las palabras del técnico —que ya durante su presentación dejó entrever que no haría ninguna revolución— como su trayectoria, parece lógico pensar que los goles de Bacca y su capacidad para jugar como nueve de referencia le abren la puerta del once al colombiano. También Samu, pese a no tener demasiada experiencia, parece tener todos los números para formar de inicio ya que, pese a que en el último partido ante el Celta tuvo un rendimiento muy discreto, en el último mes no es una exageración decir que ha sido el futbolista más desequilibrante del equipo.

El club amarillo tomó la decisión de prescindir de Calleja el lunes a tres días del partido de hoy. Dio la sensación de que lo que se buscó fue empezar desde ya logrando esa reacción habitual que se produce tras una destitución, aquello del dicho popular de «a entrenador nuevo, victoria segura».

A nadie se le escapa que la prioridad en la actualidad es remontar el vuelo en LaLiga, pero el Villarreal no se puede permitir el lujo de renunciar a nada. Cualquier victoria es buena ahora para empezar a edificar en torno a un Luis García Plaza que ayer no ocultaba, pese a todo, la energía con la llega al cargo: «Es un reto muy ilusionante y se me sale la energía por fuera, a pesar de que han sido tres días agotadores de conocer todo...».