Ricardo Guerra, el hincha de ultraderecha del Atlético de Madrid que en 1998 asesinó de un puñalada al seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta, fue detenido en Brujas (Bélgica) la pasada semana junto a un grupo de cerca de 30 neonazis, por hacer el saludo nazi ante la Policía belga.

Según confirmaron hoy fuentes policiales a Efe y otras fuentes cercanas a la investigación, los radicales fueron detenidos en las inmediaciones del estadio Jan Breydel el pasado martes, antes del partido de Liga de Campeones entre el Atlético de Madrid y el Brujas (0-0).

El grupo de hinchas de "extrema derecha" hizo gestos neonazis al público y a la policía, por lo que los agentes tuvieron "razones para pensar que estaban planeando algo", agregaron las fuentes.

"Parecía que iban a meterse en una pelea", señalaron las fuentes policiales, que añadieron que los ultras fueron liberados tras el partido, entre las 3 y las 4 de la madrugada de esa misma noche.

Perderá los beneficios del tercer grado

Guerra fue sentenciado a 17 años de cárcel por el homicidio de Zabaleta por la Audiencia Provincial de Madrid, en una sentencia que fue recurrida y confirmada luego por el Tribunal Supremo en noviembre de 2001.

El condenado disfruta ahora del regimen penitenciario del tercer grado, pero previsiblemente el Centro de Inserción Social Victoria Kent le retirara esta condición al salir del país sin haber informado de ello y sin autorización, según las mismas fuentes.

El interno disponía de un permiso desde el 10 al 17 de diciembre y este lunes ha regresado al centro de inserción social de la Comunidad de Madrid en el que está interno.

El pasado día 9 de diciembre, una multitudinaria marcha integrada por socios, peñistas y seguidores de la Real Sociedad homenajeó Zabaleta, de 28 años, al cumplirse veinte años de su asesinato en las inmediaciones del estadio Vicente Calderón.

La manifestación estuvo encabezada por una gran fotografía del aficionado txuriurdin que portaban varias personas, seguida a unos metros por un grupo de aficionados con una pancarta en la que se leía el lema en euskera: "Veinte años siempre en el recuerdo", junto a otro retrato del aficionado asesinado, una ikurriña y el escudo de la Real.